domingo, 10 de febrero de 2008

¿Impuestos locales sobre la propiedad o sobre el ingreso?. ¿Es justa nuestra fiscalidad local?. ¿Qué dicen los programas electorales?.

Dos recaudadores de impuestos. Marinus Reymerswaele (siglo XVI)

La Dirección General del Catastro nos está alegrando nuestro bolsillo, en medio de la incertidumbre económica, de la próximas elecciones y de la cuesta de Enero y del desfiladero de Febrero. Es como la crónica de una catástrofe anunciada.

El motivo de nuestra felicidad y dicha, no es otro que la comunicación de los nuevos valores de nuestras viviendas y demás bienes inmuebles.

Eso sí, nos consuelan con un prorrateo de la subida durante los próximos diez años, para que el impacto no sea del todo mortal; pues de todos es sabido que por ahora los fiambres no tributan tanto; sobretodo los que son incinerados que no contribuyen nada de tan quemados que están; a diferencia de los que duermen gratis en el campo santo, a los que se les amenaza con depositarlos en el osario común, a poco que no sigan pagando las tasas de su eterno resort en el complejo multiservicios Rascayú cuando mueras que haras tú.

Estas nuevas cuantificaciones tienen una transcendencia fundamental en los impuestos que toman a las propiedades sobre inmuebles como elemento objetivo de su hecho imponible (los más conocidos serían el Impuesto sobre Bienes Inmuebles y el ITAJD -transmisiones-; y el propio IRPF en el apartado de imputaciones).

Como la vivienda no es un bien líquido (y si no que se lo digan a quienes ahora intentan venderla) del que recaudar una parte (como pasa con los rendimientos del trabajo por ejemplo); es necesario entonces medir su valor en dinero para apartir de aquí, aplicar un multiplicador que nos dirá la leche (la cuota láctea) que pagaremos; tras el ordeño fiscal de esta ubre profusamente utilizada por nuestros legisladores financieros, ¡tan lúbricos ellos! cuando se trata de manosear nuestras sensibles mamas; luego se quejan de que les llamen no sé si cariñosamente mamones.

Los que no están familiarizados con el derecho tributario, no siempre son conscientes que esta graciosa estimación es algo que incluso puede llegar a desnaturalizar o desvirtuar el propio principio de capacidad económica. Es decir el mandato constitucional de contribuir a los gastos comunes en función de nuestra riqueza; debiendo pagar más el que más gana, tiene o consume y menos el que va por el otro sentido (aunque tal vez no sienta nada, porque si no gana, no tiene y no consume pues mala cosa: al complejo de Rascayú).

Por poner un ejemplo de libro. En el IRPF algunos pequeños comerciantes se acogen al sistema de medición por módulos por ahorrarse un contable; sistema que prescinde desde el principio de medir el real beneficio obtenido por su explotación; y donde se allanan a unas tablas objetivas que son el resultado de unos estudios económicos sectoriales que hace la Agencia Tributaria. O sea, ésta se abstiene de medir lo ganado o lo perdido a la hora de liquidar o de verificar una autoliquidación del contribuyente; simplemente se limita a controlar toda una serie de parámetros (consumo eléctrico, superficie de la explotación, etc.). La consecuencia de esto es que algunas bolsas de dinero negro se han lavado al incorporarse esas ganancias fraudulentas como ganancias de los módulos (vamos lo que pasa con algunos que siempre les toca la lotería de navidad) y que algún que otro ceporrillo paga de más (se les nota por su cara agriada); y otros pagan de menos (transmiten una gran felicidad, a pesar de que los muy descarados se quejan con la boca pequeña de que pagan mucho).

Pero centrémonos en las meritadas valoraciones catastrales. Decir, antes que nada, que son mediciones hechas en plan masivo (por aquí decimos, al estilo juan diego; que debió ser un tipo algo grosero por lo que barrunto). Y es que no es un perito tasador el que comprueba in situ nuestra casa (por dentro y por fuera). No; es una medición de libro; de oficina catastral. Un grupo de funcionarios (no sé si antes o después de desayunar) despliegan un mapa del municipio y empiezan (de acuerdo con unos criterios objetivos) a poner valores al suelo urbano.Es lo que se llama Ponencia de Valores (sobretodo por lo que nos pone a los ciudadanos), que se publica (una vez confeccionada) en el boletín oficial de la provincia respectiva, para sus posibles impugnaciones por los aficionados a leer tan distraidas y entretenidas gacetas. Todo ello con el agravante de ser tal documento demasiado técnico.

Pues bien; lo que hemos recibido estos días es la concreción del valor de nuestra vivienda en atención a la referida Ponencia; con lo que nuestro margen de defensa (no habiéndola impugnado) es bien escaso. Se podría denominar la comunicación de las lentejas (pagas en su momento o sino luego te embargan y despues te quejas). Únicamente se limitaría a verificar si ha habido una perfecta subsunción de nuestro suelo y edificación construída en el referido galimatías hecho por los arquitectos catastrales.

Como uno va ya teniendo edad, recela (porque es desgraciadamente un mal pensado ya que suele entablar conversación con gentes de izquierda que le han trastocado de su prístina bondad), que el momento que ha escogido el Catastro (Ministerio de Hacienda) es significativo (en pleno período electoral). Me explico: Las valoraciones van a afectar a un impuesto muy popular (el IBI), que aunque es de titularidad y diseño estatal es gestionado por nuestros ayuntamientos (de hecho es su principal fuente de recursos). Estos, en la mayoría de las ciudadades importantes son del PP. Pues bien; la Administración Central del Estado en pleno debate electoral sobre impuestos y su rebaja, comunica a los ciudadanos una orientación (esta sí que es polémica y no otras) sobre lo que les va a cobrar en este año. Así de golpe y porrazo se han encontrado los Ayuntamientos con esta patata caliente; y el único margen de maniobra que tienen es bajar el multiplicador, retrasar o fraccionar su pago; pero la ponencia la pone el Catastro (pues son ellos muy puestos).

Estamos hablando de una subida por encima de la inflacción prevista. Un botón de muestra. Mi vivienda: Año 2007 - 457,37 euros; Orientación para el Año 2008 - 507,07 euros.

Ya me he cabreado. El consultar los datos ya me ha puesto de mal humor.

Yo, fuera de bromas, soy un defensor de una potente Hacienda Pública. Creo que es básica para en primer lugar sostener unos servicios públicos de calidad; y en segundo lugar para asímismo redistribuir la riqueza a través de estas mismas prestaciones públicas.

La Administración Local está muy necesitada de una financiación coherente. Es todavía hora de que se acometa una descentralización administrativa que se ha quedado en las regiones. Aunque este es un tema delicado, vistos icebergs de fraude y malversación como el caso marbellí.

Pero siempre, con ocasión del IBI, me he preguntado si ya que es un impuesto destinado a la dotación presupuestaria de los entes locales, para luego permitir todos los servicios municipales; entonces ¿cómo contribuyen los residentes no titulares de inmuebles a la dotación de estos servicios?. ¿Sólo descansa el sostén municipal en los propietarios?.

Esto me hace recordar la famosa polémica en el Reino Unido (con Margaret Thatcher) y su celebrado Poll Tax. La verdad que era un impuesto fijo por adulto residente. No, no quiero ir por ahí. No es que paguen todos los residentes, sino como en la imposición directa de la renta, los que superen determinado nivel de ingresos sean o no propietarios. Se me antoja más justo y progresivo que un sistema como el actual donde pagan los propietarios con independencia de sus ganancias netas anuales. Es decir: los gastos municipales los debe pagar todoquisqui que reside en un municipio en atención a sus ganancias netas anuales.

Le he echado un vistazo a los programas electorales de PSOE, PP e IU. El programa más detallado es el del PSOE. El de IU el más escueto; nos habla de mayor presión fiscal para las rentas altas y las plusvalías (pero no concreta nada). El PSOE dedica mucha más extensión. Se plantea reducir el IRPF actuando sobre la tarifa y los mínimos exentos; simplificar Sucesiones y Donaciones y eliminar Patrimonio (sorprende en un partido de izquierdas). Eso sí; nos anuncia tributación medioambiental (¿ecotasas?) y se desliza en vaguedades en el tema de la financiación local. A medio camino de profuso (lo que me parece inconcebible ya que estos chicos van de sobrados en los económico) va el programa del PP. Nos manifiesta que quedarán fuera del IRPF los que no superen los 16.000 euros. Y nos dicen dos cosas que nos suenan a gloria: Reducir los impuestos sobre la vivienda y elaborar una Carta de transparencia fiscal donde se detalle lo que cada uno paga por una parte y el coste de los servicios individualizados que percibe. Sí señor; esto es ciudadanía y pedagogía tributaria.


11 comentarios:

Cósimo dijo...

Me pregunto cuanto querrán que tribute por mi bosque... Por experiencia sé que a los de mi condición no suelen rebajarnos nada ni concedernos ningún tipo de exenciones, y tampoco nos podemos acoger a los módulos porque nuestra dependencia económica a un solo cliente no nos lo permite.

¿Mi opinión a todo esto? todo va bien mientras no se asfixie a la clase media, que es la que realmente sostiene la economía de mercado (aunque reconozco que la gente como yo, siempre en los árboles, sostenemos lo justo, no me extrañaría que un gobierno nos penalizara un día de estos por no gastar más)

Cósimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Dardo dijo...

Por sus "agrias" lamentaciones saco en conclusión que es autónomo; si bien está bajo la tiranía de un sólo cliente. Tiene la autonomía de peor condición: formalmente lo es, pero materialmente resulta ser un trabajador dependiente. Todas la desventajas aunadas. ¿Pero qué contrato mercantil leonino ha firmado, amigo?.

Ahora entiendo ese "pathos" que destila su exótico jardín. Aunque, francamente, no sospechaba yo que la causa fuera tan materialista. ¡Me ha defraudado Sr. Barón (ja,ja)!. Yo que pensaba que Vd. era un magnífico diletante ajeno a las mezquindades rutinarias.

Estoy por defender un impuesto draconiano para los que residen en los árboles y hacer ya superlativo su pathos.

Saludos.

ybris dijo...

Cuando recibía clases de Hacienda Pública con Fuentes Quintana uno de los profesores ayudantes decía que si realmente supiéramos cuánto pagamos a Hacienda saldríamos a la calle con una metralleta para mostrar nuestro enfado.
Yo siempre he creído que la Administración debería ser como la de una Comunidad de Vecinos que sólo administra los bienes que se le confían para hacer frente a los gastos que esa Comunidad ha aceptado.
Con nuestra Administración (tanto local -PP en Madrid- como estatal -Psoe) parece que no hay modo de convencerles de que está fuera de lugar que se cuelguen todas las medallas del hecho de gastarse el dinero que les confiamos. Así que me parece mal todo lo que sea regalarnos nuestro propio dinero quitándolo de los impuestos directos (en donde se ve clarísimamente que los que cobramos por nómina contribuimos más que los "pobres" que van por libre) y pasándolo a los indirectos donde uno no sabe bien la parte de "lujo" que aporta cuando compra un peine.
Los que tenemos la vivienda para vivir no entendemos que haya cambiado su valor por el hecho de que para algunos sea un bien para especular.
Por eso no me parece bien todo ese tejemaneje para sacar fondos cuasi-subrepciciamente de unos sitios mientras se prodigan regalos de donde todo el mundo puede ver su origen.
Yo soy de que prefieren Dinamarca a Estados Unidos y no me dolería aportar el 40% de mis ingresos a condición de que "todos" (especialmente los que nada tienen) pudieran tener acceso a un bienestar justo sin listas de espera interminables ni prestaciones tercermundistas destinadas a derivar al personal a los negocios privados.
Bueno, que en esto tendré que darte la razón de la magra dicha de saber cuánto más ricos somos ahora con nuestras casas mientras no sabemos bien en qué consiste esa riqueza.

Abrazos.

Cósimo dijo...

Oh no, lo laboral no se interpone en mi vida real, se lo aseguro. El emperador Marco Aurelio dejó escrito: Disfruta con tu oficio por pequeño que sea y descansa en él, y a mi me parece esta la mejor de las filosofías ante la inevitable rutina laboral que nos permite, entre otras cosas, tener un blog...

No quede pues defraudado Dardo. Pero comprenda que en mi floresta debe caber todo, desde lo excelso a lo común, lo contrario sería caer en la misantropía. Obviamente prefiero lo excelso, pero no me importa bajar a la palestra de mi condición como unidad de consumo.
Eso sí, no pienso pagar más impuestos por mi rinconcito arboreo, se lo advierto.

J. G Centeno dijo...

Buen intento amigo Dardo, lo malo es que nos vamos conociendo todos y de que pie cojea cada uno. Cuando los ayuntamientos gobernados por la derecha tienen que subir los impuestos se debe a que de forma sutil, y maquiavélica, les obliga la administración del PSOE, al actualizar el catastro. Lástima que haya habido ayuntamientos, como el de Alpedrete, que conozco bien, que se pasa por el arco del triunfo la actualización del catastro e incluso un informe de la intervención del propio ayuntamiento que dice que o se suben los impuestos o el municipio entra en bancarrota. Como la política del Pp es la que es, demagogia barata, pasa lo que pasa.

Unknown dijo...

No entiendo mucho de esto, pero si resulta que tu casa antes estaba en la zona noble de la ciudad y de repente se convierte en un "gueto" ¿baja el valor catastral?

¿Es el impuesto un índice de los gustos "turísticos"?. Entiendo que se cree un impuesto extraordinario para pagar determinadas inversiones que se realizan para mejorar un municipio, al igual que hay derramas extraordinarias en las comunidades de vecinos. De igual forma no entiendo porqué la subida (si es irremediable) no puede ser lineal. Esto es, cuándo uno adquiera una casa, debe de saber que cada año pagará un x por ciento más. De esta forma, un ciudadano podría pagar "la subida" de un plumazo y vivir tranquilo el resto de su vida, que no siempre se está para estos sustos...

Dardo, no le pega estar enfadado, se le juntan las cejas.

Dardo dijo...

Querido Ybris; tú, como siempre, tan certero. Que conste que Fuentes Quintana me pareció siempre de lo más rutilante; pero te veo yo más a tí en la línea de Sampedro (contra el capitalismo salvaje y lo neoliberal).

Este mundo de la blogosfera tiene la ventaja de encontrar hombres y mujeres de lo más interesante y enriquecedor. Sin duda, Ybris, tú estás entre ellos.

En mi entrada demasiado farragosa, no he apuntado en cambio una idea que tenía en mente y que tú has expresado de la mejor manera posible: con claridad y sencillez. Se trata de todo ese fenómeno especulativo sobre la vivienda que evidentemente se ha trasladado a la medición de los hechos imponibles que tienen a la vivienda como elemento objetivo del impuesto; máxime cuando la normativa permite su valoración con el tope de que no sobrepase el valor de mercado (¡!). La verdad es que esa es la denuncia básica: que las personas que utilizan la vivienda para vivir y no para especular tengan que sufrir sobre sus espaldas todo el referido movimiento que es ajeno al precio natural o real .

Te agradezco mucho tu matiz. Los de Derecho somos un poco bastos en lo económico. Me estoy sonrojando por momentos, por recordar como entré en tu blog anteriormente a referirte lo de las economías de escala. ¡Dios mío; no se da cuenta uno de ciertas temeridades hasta que no se da de bruces con ellas!. Al menos tengo la suerte de que eres de lo más paciente y bondadoso.

Sobre la dicotomía directos/indirectos (que es una dicotomía económica más que jurídica) decirte que, como estoy seguro que sabrás mejor que yo, el verdadero problema de la Hacienda Pública es el perfecto conocimiento de las bases imponibles; perfectamente medibles tratándose de asalariados y de más dificultad en otros casos. La realidad es que nuestro actual IRPF descansa sobretodo en las rentas del trabajo dependiente. Esa es la verdad.

Un cordial abrazo amigo.

Cósimo; es Vd. de lo más lúcido. A propósito del trabajo, Vd. cita a Marco Aurelio y cómo hay que intentar disfrutar en él; yo me permito completarlo con estas palabras de Teilhard de Chardin:

"Reconoced, con ayuda de Dios, la conexión, incluso física y sobrenatural, que enlaza vuestro trabajo con la edificación del Reino Celeste, ved al propio Cielo sonreíros y atraeros a través de vuestras obras; y al salir de la Iglesia a la ciudad ruidosa, ya no tendréis sino la sensación de seguir sumergiéndoos en Dios. Si el trabajo os parece insulso o agotador, refugiaos en el interés inagotable y sedante de progresar en la vida divina. Si os apasiona, haced pasar por el gusto de Dios, a quien conocéis mejor y deseáis mejor bajo el velo de sus obras, ese impulso espiritual que os comunica la Materia. Nunca, en ningún caso, «que comáis o que bebáis»... consintáis en hacer nada que antes no hayáis reconocido tenga un significado y un valor constructivo en Cristo Jesús.".

El Vaticano II lo dijo de otra forma: santificar el trabajo, santificarse con él y santificar a los demás a través de él. O sea; no le vamos a dejar a los agnósticos e impios todo el haber de los progresos materiales; si bien se les agradece enormemente. ¡Acabáramos!

Saludos cordiales

J.G.Centeno; lo cierto es que en esta cuestión las haciendas locales han de cumplir la ley; y esto quiere decir que deben gestionar un impuesto de titularidad estatal cedido con muy poco margen. No tienen una verdadera autonomía financiera. Le admito la crítica sobre mi denuncia de oportunismo referida al momento de estas comunicaciones. Pretendía ser un chiste; pero ya he visto que tiene poca gracia y que incluso se presta a ser criticado como demagógico. Dela por retirada. Es una especulación o prejuicio por mi parte. Pero también lo es criticar lo dicho por quien lo dice ("..nos vamos conociendo todos y de que pie cojea cada uno"). Más allá de ello; es decir, centrándonos en lo que se ha dicho; no parece que cueste demasiado entender que son más progresivos los impuestos sobre ingresos reales que ingresos sobre imputaciones distorsionadas por un bien afectado de un contexto fuertemente especulativo.

Querida C. Nos confiesa que no entiende mucho; pero tiene una intución natural perfecta. Según el diseño normativo actual así debe ser. Los valores catastrales no pueden superar el valor de mercado. Si baja el precio de mercado y los valores catastrales quedaran por arriba habría que impugnar todas las liquidaciones. Pero no se preocupe; en el hipotético caso de una deflación, le aseguro que se cambiaría la normativa por decreto-ley urgente de medidas económicas. Otra muestra de esa intuición es esa idea de las contribuciones especiales. Sinceramente; las considero más pedagógicas, pero no suelen ser muy populares.

Gracias por el asesoramiento de imagen. Procuraré no estar cejijunto. Un cordial saludo.

Sigurd dijo...

Estimado Dardo, sus aventuras y desventuras con la costilla de Adánme han dejado asombrado, espero que no haya sido dardeado en exceso.

Respecto a la sonrisa que me suponía respecto al patrón de los abogados, ciertamente sólo pretendía un desagravio ante la profesión, aunque admito que se podía interpretar como una sátira al nivel de la del propio Swift.

Comparto parte de su tendencia municipalista, cierta influencia tocquevilliana, pero nunca olvido una frase que escuché una vez: en España no hay mafia porque antes llegaron los ayuntamientos. El problema no es Marbella, sino que nos quieren hacer creer que es la expcepción. Lamentablemente no lo es, igual que el Watergate no fue la excepción. Pero ambas sirven de cohartada.

Respecto a la izquierda y la progresividad, me comentaban ayer que el ministros Solbes dió carpetazo a más de cien actas de infracción levantadas contra otras tantas SICAV. Le intente explicar a un compañero socialista que es una SICAV y que las introdujo González. No me creyó, porque eso no era de izquierdas. ¿Sería abusar que ilustre nuestra inteligencia al respecto?

Un abrazo amigo.

Ana dijo...

Qué sesudo debate!!

Una, que es trabajadora por cuenta ajena, piensa que todos los partidos que no eximan a los currantes de todos los impuestos, son partidos que no merecen nuestro voto.

En mi modesta opinión, egocéntrica hasta decir basta, todo desempeño laboral con objetivos sociales (léase servicio público, vocacional y CASI desinteresado por lo exiguo de sus prestaciones) debería ser no sólo exonerado de tributo, sino altamente gratificado, bien en efectivo o en especie ( cines, teatro, libros, exposiciones, viajes culturales, etc)

Papi siempre dijo: tú pide, hija, por eso que no quede.

Así que ahí queda eso...

Dardo dijo...

Apreciado Sigurd; un placer leerte. Ya sabe que me encantan estos divertimentos; estos juegos florales; me ponen de muy buen humor. Lo siento; no me cuela Vd. lo del desagravio; después de lo de Swift. O tal vez sea Vd. más candoroso de lo que yo pienso; y yo de peor condición de la que me autoproclamo que todo puede ser.

Lo de la corrupción en el ámbito local es un lugar común que responde a nuestra realidad de antes y de ahora. Eso parece claro.

Me pregunta por las SICAV. Le señalo este enlace: http://www.esgestion.com/nw/simcavs.asp
creo que lo explica bien. No es broma que sea una página que ofrece el Banco Espíritu Santo. No se crea que lo he hecho como broma. Es que está muy resumida la cuestión. Evidentemente que tributen al 1% en IS es una facilidad. Luego los partícipes tributan por los incrementos con un fijo del 18% sin tener en cuenta el tiempo de generación de las ganancias. También es verdad que operan en un sector muy volátil; y que por otro lado se entiende que es bueno que se canalice el ahorro. Sin ir más lejos: los fondos de pensiones tributan al 0%. Pero, apreciado Sigurd, me temo que yo no puedo ilustrarle sobre esto; fuera de algún detalle mercantil o de tipo tributario, nada más. Un cordial abrazo.

Querida Arbol. No sé como tomarme lo de sesudo habiéndome declarado previamente como un estulto estreñido. ¡Qué vaya como se las gasta Vd., Señorísima mía!. Me lo tomaré como que todavía colea por su bosque el carnaval. ¿En su jardín, querida Arbol, beben Vds. a granel alcohol?. Es que sin duda sus propuestas sobre fiscalidad sólo pueden entenderse desde el trance báquico al son de aquella cancioncilla como era; ¡ah!, sí: Adios papá,adios papá,consiguenos un poco de dinero más.

Encima de "marisabidilla", insolidaria y consentida. Un casto ósculo amiga. Y yo le espeto que: "contra el vicio de pedir, está la virtud de no dar". ¡Ala, a trabajar y a contribuir con parte de nuestro trabajo a hacer este mundo un poco más solidario!. Querida; el árbol está en el bosque.