lunes, 25 de febrero de 2008

Anno zero.

Hace unos años me invitaron a un colegio público para dar una charla a alumnos del último curso de primaria. Cuando se trata de este tipo de enseñantes voy provisto de toda una serie de recursos educativos para intentar que ellos también aporten contenido y hagamos un aprendizaje constructivo y por descubrimiento.

En uno de los ejercicios ellos tenían que buscar en una sopa de letras necesidades colectivas; es decir, proyectos para los que tenemos que estar unidos. Uno me dijo que si valía religión como algo necesario en sociedad. Es más, otro se quedó extrañado de que así fuera.

Yo en estos casos suelo dejarlo en manos de ellos mismos apartir de su propio razonamiento.

Para alguien que viene de una época donde todo estaba impregnado de valor religioso; de un contexto donde teníamos una práctica regular y constante; lo cierto es que me resultó como una especie de aldabonazo.

Me acordé de la película Germania anno zero de Rossellini. El personaje del niño (Edmund) no tiene esperanza alguna. Termina envenenando a su propio padre enfermo e impedido para aliviar así a la familia de esa carga. Y lo hace sin culpa; al fin y al cabo no ha hecho otra cosa que asumir las teorías que le han inculcado un maestro impregnado de ideas seculares; que se espanta al comprobar la realidad de la doctrina inculcada. El pobre Edmund termina suicidándose al comprobar el espanto.

19 comentarios:

Cósimo dijo...

Buena propuesta fílmica, yo propongo un libro Juventud sin Dios, de Ödon von Horvarth.

Maripuchi dijo...

Sinceramente, no creo que la religión sea necesaria para la sociedad en absoluto.
Depende de cada uno. Se puede nacer, crecer, vivir ética y moralmente y no creer en dios alguno.
Y no conviene, a mi modo de entender, mezclar una cosa con la otra.
La iglesia ha cometido horrores en nombre de dios. Y muchas personas que no somos creyentes, somos tan buenas personas o más que muchos que sí creen.
No tiene nada que ver una cosa con la otra, Dardo.
Besotes

M.Angel dijo...

Mientras seamos capaces de convivir en respeto y paz, que cada uno profese la religión que quiera o no profese alguna, Dardo, como comenté hace ya mucho tiempo a una entrada tuya, todo se resume en los tres ordenes del comportamiento de Thomasius.

Un saludo.

Rocío Rico dijo...

A mí me interesaría mucho que me explicases los argumentos en que se basa esa necesidad social de la religión.

Una pregunta... ¿de cualquier religión?

;-)

Unknown dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Unknown dijo...

Yo creo que si que podemos basarnos en la pura objetividad. Veamos, si existe demanda del producto "religión" en la sociedad, éste pasa automáticamente a considerarse necesario para esta parte de la sociedad. No piensen en la sociedad como un todo, porque es un punto de partida erróneo. La sociedad está formada por múltiples individuos. Luego volveré sobre ello.

Estábamos en que el producto "religión" se considera un bien necesario para parte de la sociedad. ¿qué ocurre si se elimina de ésta? Pues ocurre, que esta parte de la sociedad buscará un bien "sustitutivo" que le satisfaga. Los bienes sustitutivos pueden ser "perfectos" (homogéneos) o "imperfectos". En este caso nos encontraremos con que la demanda del producto "religión" es bastante amplia. Pero, indudablemente, no es homogénea. Así que los bienes sustitutivos a ese producto (llámese, ética, filosofía, o cómo se quiera) serán imperfectos y por lo tanto no satisfacerán a la parte de la sociedad demandante. El Estado tiene el deber (tantas veces usado) de mantener un "estado de bienestar" satisfactorio para la sociedad. Y por lo tanto tiene el deber de satisfacer la demanda de esa parte de la sociedad.

Volviendo a lo de que no se debe mirar a la sociedad como un conjunto homógeneo, veremos que hasta el mismo Jesucristo separaba a sus ovejas. La demanda de la religión, no es unánime en esta sociedad, lo cuál no impide que el rebaño pueda ser amplísimo.

Dardo, no conocía su tendencia fílmográfica. Me ha sorprendido.

Rocío Rico dijo...

C, según lo que dices, la religión sería necesaria para las personas, para los individuos.
Es cierto que un grupo de individuos hace una sociedad, pero el silogismo no se puede cerrar diciendo que entonces la religión es necesaria para la sociedad.
Hay un error ahí.

Que la religión es necesaria para muchas personas, yo estoy de acuerdo.

Pero sigo queriendo saber porqué concluir que lo es también para la sociedad.

Dardo dijo...

Cósimo. Acabo de recibir esta tarde, por fin, el libro Resistencia y sumisión de Bonhoeffer. Estoy más contento que unas pascuas porque vislumbro que me va a gustar; es, además, una edición cuidada de la editora salmantina Ediciones Sígueme.

Pero, caramba, ¿ya me está proponiendo otra lectura?. Gracias, como siempre.

Sin duda el rearme moral se puede hacer desde lo secular. Además reconozco en esto un afán encomiable. Pero, lo siento me parece una señal de alarma. Algo así como el caso de los llamados teólogos de la muerte de Dios (Cox) que contaminados por lo ateo desesperadamente echaron mano del compromiso social.

Maripuchi. Yo no le niego a un ateo bondad. ¡Faltaría más!. Yo en mi reseña he querido decir que hemos desechado algo valioso a cambio de nada. ¿O acaso la misma cuestión de la educación en valores no está a la orden del día como algo perentorio visto el nihilismo reinante?. Estamos empeñados en diseñar una nueva moral, cuando siguiendo incluso los postulados de la sociología religiosa (Durkehim) tal orden moral es espontáneo: "creación" social. Te he citado este último ejemplo para -a pesar de que tengo que hacer matizaciones que aquí sería largo realizar- negar la ingeniera moral contemporánea.

Miguel Angel; sí, pero estos tres órdenes no son tres órdenes cerrados. Hay comunicación entre ellos. El individuo está inmerso en la historia; su comportamiento transciende al mundo. En definitiva lo moral impregna lo político y puede llegar a cristalizar en lo jurídico; pero siempre sobre la base de asegurar siempre la libertad de pensamiento.

Leg. He hablado de la religión en general. Sí. Esta es una ordenación moral de la existencia, aparte de ser una explicación de la realidad (hierofanía). Pero he querido centrarme en esta primera función. Nos ofrece -al decir de algunos- una regla segura y firme (no contractual y al albur de las modas -ética teleológica) con la que vencer nuestras pasiones, cumplir nuestros deberes e imponernos sacrificios. Su necesariedad está ampliamente avalada. El propio hecho religioso es universal; casi diríamos que un fenómeno humano. Si se da en todas la civilizaciones parece que no hace falta explicar demasiado su necesidad. Platón decía que "aquél que destruye la religión, destruye los fundamentos de la sociedad humana porque sin religión no hay sociedad posible". Monstesquieu: "El hombre sin religión es un animal salvaje, que no siente su fuerza sino cuando muerde y devora". En fin, hay más. Pero sólo se han citado sin entrar a su comentario para señalar como eminentes pensadores han reflexionado sobre lo importante y necesario del fenómeno. ¡Qué diantres!. Hasta el mismo Voltaire decía que no quería tener que ver con un príncipe ateo que hallara su interés en hacerle machacar; pues estaría seguro de ser machacado..

Apreciada C. Gracias por su comentario tan sugerente. Un complemento, con su permiso, el ethos no se puede fundar. El ethos es una respuesta a un logos que si no es divino es teleológico (algo así como normas de tráfico morales) basado en los resultados.

Tiene razón en lo del cine. En mis años mozos llevaba el cineclub de mi Colegio Mayor. Sé proyectar en 35 mm. y en 16mm. Ya les contaré.

ybris dijo...

Algo falló en la enseñanza secular de Edmund:
Le privó de la esperanza,
no parece que consultara la opinión de su padre,
lo hizo por quitarse una carga.

O sea creo que el error no está en lo secular sino en la enseñanza.

Desgraciadamente hay enseñanza religiosa que comete los mismos (o parecidos) errores. Y no por ser religiosa sino por ser mala educación.

Abrazos.

Rocío Rico dijo...

Jo, no me han convencido nada las razones, Dardo. Esperaba algo más revelador.
Dices (si he entendido bien) que las razones son tres:

-Nos ofrece -al decir de algunos- una regla segura y firme con la que vencer nuestras pasiones, cumplir nuestros deberes e imponernos sacrificios.

-Se da en todas la civilizaciones.

-Lo han dicho eminentes pensadores.

Me parecen argumentos pobres para sostener una afirmación de tal envergadura.

La primera, ¿Crees realmente que para cumplir nuestras obligaciones y deberes, vencer nuestras pasiones, etc. hace falta realmente seguir una religión?
Yo no creo que lo sea, puesto que el ser humano lleva desde que existe tratando de encontrar la forma de vencer la lucha entre el bien y el mal que se libra en su interior. Que una de las formas que se le ha ocurrido hasta el momento sea crear y utilizar para ello las religiones, no quiere decir, ni mucho menos, que ésta sea la forma mejor ni más adecuada.
Es más, viendo cómo la raza humana va perdiendo interés en ellas, más bien pensaría que esto es la evolución normal de alguien que prueba un sistema y comprueba que no era el más adecuado o que no le da los resultados esperados.

Aparte de eso, insisto en que esa razón a mí me puede valer como argumento para la necesidad INDIVIDUAL de la religión, pero sigo sin verla como explicación de la necesidad SOCIAL de la misma.

Y este era, a pesar de todo, el mejor argumento de los tres... porque el segundo es bastante... ingenuo... el ser humano tiene muchas cosas que se repiten esté donde esté, porque forman parte de su naturaleza, y no necesariamente todas son buenas ni necesarias para su vida en sociedad. Siguen siendo cosas del individuo más que de la sociedad.
Y el tercero... más ingenuo aún. Soy bastante ignorante en muchísimos temas (en casi todos, diría yo), pero las mentes preclaras han dicho, aparte de genialidades, verdaderas barbaridades también. Un entrecomillado de un eminente pensador no creo que pueda ser un argumento en sí, sobre todo en algo que, al final, no es más que una opinión.
Seguro que sus opiniones valen para todos mucho más que las mías, pero también estoy segura de que entiendes lo que quiero decir.

Que sepas que no pretendía desde un primer momento desmontar tus argumentos. En realidad lo que pasa es que yo entiendo la religión como una necesidad, sí, pero una necesidad individual, y al decir tú que es social con tanta seguridad, tuve de verdad interés en saber el porqué.

Lo que te digo: no me ha valido.

Unknown dijo...

vaya, vaya, ¿proyecta en 35 y 16mm? Y ¿qué hace con los trozos de empalme? Yo tengo una bonita colección. Los fotogramas son estupendos si se proyectan como diapositivas. He pasado estupendas veladas de verano jugando a "adivinar" a qué película pertenece cada fotograma. Es un juego genial, y sin dado.

Dardo dijo...

Ybris; Germania anno zero es la semblanza no ya de una destrucción física causada por la guerra, sino sobretodo moral.

El período de entreguerras es el escenario de grandes revoluciones ateas: el comunismo, el nazismo y el fascismo. Todas ellas son idolatrías seculares.

El comunismo parte de que la única verdad es la de este mundo y la de la posibilidad de transformarlo con el actuar humano; el propio Marx señala que es necesario suprimir lo religioso: no es que se niegue su utilidad es que además se considera pernicioso.

El nazismo es también ateo. Su neopaganismo es una exaltación de la idolatría de la superioridad de la sangre nórdica. Se quiere revestir el nuevo orden civil racista de pedigree teológico político.

Se advierte prontamente desde la Iglesia: "Todo el que tome la raza, o el pueblo, o el Estado, o una forma determinada del Estado, o los representantes del poder estatal u otros elementos fundamentales de la sociedad humana [...] y los divinice con culto idolátrico, pervierte y falsifica el orden creado e impuesto por Dios" (Mit brennender Sorge. Pio XI)

El fascismo utiliza el mismo subterfugio que los nazis pero esta vez queriéndose apoderar de la propia religión católica. En el fondo es ateo pero juega al tactismo oportunista de haberse desarrollado en una sociedad católica, por lo que se reviste de estos ropajes religiosos. También estamos aquí ante una estatolatría: "Henos, pues, aquí en presencia de todo un conjunto de auténticas afirmaciones y de hechos no menos auténticos, que ponen fuera de toda duda el proyecto -ya en tan gran parte realizado- de monopolizar por completo la juventud, desde la más primera niñez hasta la edad adulta, en favor absoluto y exclusivo de un partido, de un régimen, sobre la base de una ideología que declaradamente se resuelve en una verdadera y propia estatolatría pagana, en contradicción no menos con los derechos naturales de la familia que con los derechos sobrenaturales de la Iglesia. Proponerse y promover semejante monopolio, perseguir con tal pretexto, como se venía haciendo largo tiempo ha, clara o encubiertamente, a la Acción Católica; atacar con tal finalidad, como últimamente se ha hecho, a sus Asociaciones juveniles, equivale verdadera y propiamente a impedir que la juventud vaya a Cristo, porque es impedir que vaya a la Iglesia, y donde está la Iglesia allí está Cristo. Y se llegó a arrancar la juventud, por la violencia, del seno de la una y del Otro (Non abbiamo bisongo. Pio XI).

Ciertamente, Ybris, el contexto moral de Edmundo ha sido el neopaganismo nazi (idolatría de la sangre) que tiene su antecedente en la denominada biología racial y luego en la llamada teoría de la higiene racial donde claramente se aboga por mejorar la calidad de las razas a partir de la concepción de una como superior. Según esto los deficientes mentales y discapacitados físicos son cargas pesadas. El siguiente paso: la esterilización -por considerar estas "taras" hereditarias-; ... más allá, se dió un paso más audaz: su eliminación

Sí, estoy contigo, hay una mala educación. Y una educación religiosa (mala) no puede asegurar mucho, pues es lo cierto que muchas atrocidades fueron cometidas por personas formalmente religiosas.

Yo a lo que he querido ir, es a señalaros la preocupación (tal vez algo ingenua en mi) de ver que un niño de 10 u 11 años no considerara lo religioso (en un sentido muy abstracto: - ordenación moral de la existencia -) como algo necesario.

Un abrazo Ybris.

Leg. Ja,ja.No es ningún drama no resultar convencida. Ni que no resulten válidos determinados argumentos. ¡Faltaría más!. Yo sólo te he querido argumentar previa solicitud tuya. Yo he hablado de regla segura y firme para el creyente; también para el creyente y el no creyente habrá otras reglas que permitan vencer desórdenes, cumplir deberes e imponerse sacrificios; pero dudo que tengan esa firmeza y seguridad del logos revelado.

Yo es que te niego la mayor. Veamos: El individuo puro es un concepto; no existe. Es un animal social. Nuestro cuerpo físico crea una ilusión de línea divisoria con los otros, un principio de disociación. Pero no venimos sólos a este mundo. Nuestra concepción es fruto de dos; se nos gesta en el cuerpo de nuestra madre y bastantes años de nuestro desarrollo dependen de otros. Me viene a la cabeza el caso del niño ferino de Aveyron (en general el de todos los niños abandonados en la naturaleza salvaje que han logrado sobrevivir quizás al concurso de algún animal más solidario que sus propios padres). Estos niños rescatados después no han podido ya adquirir los rudimentos básico del lenguaje y del propio pensamiento abstracto. Aquí es donde quiero llegar: La religión como el lenguaje, como la cultura nos la da la sociedad. El mismo Marx con intención de negar su conexión con lo revelado la llamaba producto social. Todas las civilizaciones transmiten al hombre todo un depósito de experiencias que se consideran y juzgan como necesarias: por eso se transmiten. Evidentemente debemos ser críticos y aquilatar todo esto para depurarlo desde nuestra inteligencia (que también gracias al lenguaje ha llegado a nuestros actuales niveles). No sé, no pretendo convencer a nadie, pero la religión no tiene sentido como algo propio de un individuo como si a éste no lo precediera, lo condicionara y lo modelara la humanidad entera; como si no estuviera inserto en la historia, en un entramado o red colectiva. No; nadie se encuentra en un estado inicial sin relación alguna con nadie y con nada. Todos vivimos en medio de unos lazos interdependientes. Sí, la religión es un carisma social y por eso todas las sociedades la han visto como necesarias. Hasta los que la han negado, conscientes de su necesidad como factor de cohesión comunitaria, han creado una nueva religión con sus ritos (revolución francesa).

Apreciada C; ¿cinéfila?. Su juego sí que es sugerente. Cuando le he hablado de haber proyectado en 35mm le hacía referencia a los proyectores antiguos con barritas de carbón. Sí; esos que si se consumía la barrita en mitad de la proyección nos quedábamos sin luz y, claro, empezaba a mostrar la nobleza "baturra" del salón (mis compañeros de Colegio) su disconformidad pateando el entarimado del suelo (estos cabestros eran así los muy jamelgos -nótese que lo digo lo más cariñosamente posible-). No le digo nada de los empalmes con acetona (donde nos comíamos un fotograma) o con cinta adhesiva y así lo salvábamos. Haré alguna que otra reseña de cine; visto que nos gusta a todos. Le confieso que desde estos tiempos he cogido una manía que consiste en preferir ver yo sólo -en una sala vacía- la película. Pues esto es lo que hacía en el Colegio antes del pase oficial. Tal es así que cuando voy al cine procuro que sea en una sesión con poca afluencia de gente y lo que es peor (ya me conocen mis conocidos) me siento sólo sin permitir que mis amigos me acompañen contiguos; los hago sentarse dos filas más arriba que yo (lo que hace reirse bastante de mí al considerarme algo loco). He llegado a tal punto de concentración con las pases de las películas, que hago estas cosas.

Unknown dijo...

Ay Dardo, los proyectores de carbón. Se quemaban si se juntaban mucho, yo tengo en casa una de las "linernas" de un proyector antiguo. Tiene ,aproximadamente, el tamaño de un barril de petroleo.
Yo pertenecía a un cineclub, y allí es donde redescubrí la belleza de las peliculas color "salmón" y dobladas al "sudaca". Errol Flynn en murieron con las botas puestas. (éramos un cineclub con poco presupuesto).

Entiendo su amor al cine. Yo me he acostumbrado tanto a estar sentada en una butaca (en pasillo central, o a ser posible a la derecha de la pantalla) que tengo en la entrada a mi humilde hogar, la fila 7 y la fila 8 de la sala 1 y 2 (respectivamente) de un viejo cine de barrio que cerró hace ya diez años....

Hablaremos de cine Dardo...presiento que me va a gustar.

Rocío Rico dijo...

Puf, Dardo, niegas al individuo.... me voy corriendo de aquí, que yo valoro mucho mi yo, mi mundo interior, mi individualidad, y no quiero acabar perdiéndola de repente.
Ni hablar. Corro y corro hasta donde me lleven mis pies, y ni siquiera me detengo a discutirte antes semejante teoría.

Por otro lado, que admitas que sirve cualquier religión me sirve de punto de encuentro contigo: al fin y al cabo lo que es necesario es cualquier intento del ser humano por vencer esa lucha interna bien/mal.

Dardo dijo...

Sólo una nota aclaratoria; visto que parece ser me expreso de manera tan obscura.

No he negado el individuo; he negado la "concepción" de la persona como desconectada de la comunidad; he dicho que es un expediente a efectos analíticos (por eso he hecho mención al individuo "puro" como abstracción). Y la realidad de la naturaleza nos lo dice continuamente; que estamos condicionados por nuestra sociabilidad que nos da nuestro propio ser.

En modo alguno se quiere pretender desde aquí avalar ninguna teoría que anule el pensamiento individual ya que existe una sinergia muy conveniente entre sociedad e individuo. Se trataría de hallar un punto de equilibrio que estaría en reconocer nuestra naturaleza "política" (zoon politicon) sin asfixiarla.

Cósimo dijo...

Personalmente no veo que hay de malo en una educación para la religión. Es obvio que en las sociedades occidentales democráticas y secularizadas esa educación no va a poder imponer dogmáticas concretas, (ni siquiera pudo imponer en su día nada la Iglesia Católica española, de lo contrario hoy no existiría el déficit de asistencias a actos religiosos que existe).

Si tuviera hijos, que no los tengo, no me importaría en absoluto que un par de horas a la semana alguien les mostrara cómo nació y que se extendió el cristiano, que se les enseñara alguna que otra obra de las cientos que merecen la pena de los padres de la Iglesia... luego podrían debatir sobre cristianismo, budismo, islamismo etc., con conocimiento de causa... y nada de esto significaría que van a ser creyentes o que van a imponer a otros sus creencias religiosas, tampoco significaría que podrían creerse en un estado de superioridad moral. No, no me importaría que conocieran un estado de valores que partiera de la experiencia cristiana de occidente.

P.D.: Juventud sin Dios es una novelita.

Rocío Rico dijo...

Lo más probable es que sea yo la que no comprende bien, no tú el que no te explicas correctamente.

Ya te lo dije...

;-)

J. G Centeno dijo...

El ejemplito, apreciado Dardo, se las trae, de ahí a los comunistas con barba de dos días, poblado entrecejo, mirada innoble y un sucio pañuelo al cuello, violando monjas y quemando iglesias, sólo hay, un pequeño salto. ¿Escribió usted el patético final de Mariano Rajoy en el Debate?
No he visto la película, Rossellini no está entre mis directores favoritos, ni tampoco Antonioni que era marxista, pero al que no he acabado de entender nunca. Pero de su breve descripción se deducen varias cosas:
-El maestro que le educó no le explicó, o el no quiso, o no pudo, entender, todas las claves, no le explicó, por ejemplo que matar a una persona es un grave delito, independientemente de que exista dios o no.
-El maestro que le educó era cualquier cosa menos progresista y no le enseñó a adquirir una conciencia social que le permitiera luchar para que el padre dejara de ser una carga.
-Rossellini, o en su defecto el guionista, es un tramposo, sería igualmente tramposo este argumento:
El personaje del niño (Edmund) ha recibido una formidable educación religiosa que permite que tenga una infinita esperanza. Su padre, enfermo de una atroz y dolorosa enfermedad, pide a gritos a Edmund que le permita acabar con su vida. Edmund, confiado en que los atroces sufrimientos de su padre van a contribuir a su salvación impide por todos los medios que su padre pueda cumplir su voluntad, aunque su padre es un recalcitrante ateo.
Insisto en que se trata de un argumento igualmente tramposo, por maniqueo y estereotipado, y eso sin entrar en lo que ocurre cuando ambos mueren, porque si encima no hay vida eterna es como para morirse.
Como siempre que salen estos temas confunde usted necesidad con realidad. Para usted una sociedad sin valores religiosos es una sociedad sin valores éticos, una mala sociedad. De ahí podemos deducir que sería bueno, e incluso necesario, que dios existiera, pero nunca su existencia misma. Empieza usted a acercarse, peligrosamente, a la demostración ontológica de San Anselmo de la existencia de dios que más o menos viene a decir:
1)Todos tenemos una idea de dios, incluso los que dicen que dios no existe tienen idea de lo que niegan, y en esa idea dios es una entidad mayor que la cual no hay otra.
2)Pero aquello mayor que lo cual nada puede pensarse debe existir no sólo mentalmente, en la idea, sino también en la realidad, pues siendo la existencia real una perfección, será más perfecto ("mayor que..") el ser existente en la realidad que otro que posea los mismos atributos pero que sólo exista mentalmente; de otro modo caeríamos en una flagrante contradicción, lo que no puede ser aceptado por la razón.
3)En consecuencia, Dios existe no sólo en la mente (como idea) sino también extramentalmente, en la realidad.
Santo Tomás de Aquino ya refutó esta teoría que en realidad lo que demuestra es la existencia de la idea de dios. Pues a usted Dardo le pasa lo mismo y de demostrar algo, y eso también sería discutible, lo que usted demuestra es la necesidad de una entidad mayor que la cual no se pueda pensar en otra, para que ordene moralmente la sociedad. Y la necesidad no implica existencia, hay cosas muy necesarias que desgraciadamente no existen.
Como usted imagino que será muy aficionado a las parábolas me voy a permitir ponerle un ejemplo, real como la vida misma, porque se refiere a mi mismo:
Hace ya bastantes años, no importa cuantos, con el fin de combatir una enfermedad que estaba acabando conmigo tanto física como espiritualmente, el alcoholismo, entré a formar parte de una comunidad, , Alcohólicos Anónimos de la que hoy, orgullosamente, sigo formando parte. El programa de recuperación tiene doce pasos y el tercero dice textualmente:
"Decidimos poner nuestras voluntades y nuestras vidas al cuidado de dios, tal como lo concebimos".
En su momento aceptar este paso me era imposible, ya que no concebía a dios de forma alguna, es más afirmaba, y afrimo que su existencia es imposible al ser contraria a la ciencia. Fue mi padrino (suele ser un compañero con más experiencia que te presta ayuda) el que me abrió los ojos y me dijo:
"No te ofusques en este tema, simplemente piensa que tu sólo, por ti mismo, con tu sola fuerza de voluntad, eres incapaz de no beber alcohol, necesitas, por tanto, algo superior a tí, más fuerte que tu que te ayude en este combate, no tiene porque ser el concepto tradicional de dios, que, por otra parte a mucha gente le sirve. Si a tí no te sirve, créate tu, el tuyo, que a lo mejor puede ser una parte de ti mismo, o tu familia, o el grupo de AA en el que te recuperas, o una combinación de todo. Lo importante es que el concepto te funcione, lo demás es accesorio."
Podríamos entrar a discutir si la sociedad necesita tener un dios, pero es una discusión distinta a la de su existencia. Por eso respeto tanto a todos aquellos que me dicen que para encontrar sentido a la vida necesitan creer en su trascendencia. Y respeto, intelectualmente, tan poco, a aquellos que me quiern colar la existencia de dios como una verdad científica.
S

Dardo dijo...

Claro que es obvio, Cósimo, que no se pueden imponer dogmáticas concretas (religiosas o seculares) en los actuales tiempos; pero aquí tengo que hacer, con tu permiso, un matiz según yo lo veo: no se puede "imponer" una dogmática, pero sí se puede invitar o convencer a sumarse a ella a través de una reflexión racional singular. El logos (esa ordenación moral) será revelado o contractual; pero fijado requiere su cumplimiento (ethos). Bueno; pues es este sencillo mecanismo el que debe ponerse en ejercicio.

Lo de transmitir la religión como parte de nuestra cultura es que es algo que me parece mínimo.

Leg; vamos a dejarlo en que es de ambos. Seguro.

Estimado Javier; lo de "la niña" puede ser tan mío, como lo suyo el "buenas noches, buena suerte", siendo un reproche muy fino de la cruzada mcchartysta contra los artistas. Lo primero puede ser cursi; lo segundo es fino, pero en última instancia felón.

Pues le animo a ver Germania anno zero. Es una película sobre los perdedores que deben expiar las culpas de otros. No sé; me sorprende que siendo Vd. materialista se muestre tan indiferente con el neorrealismo que refleja el sufrimiento humano. Son en estos momentos de tribulación donde verdaderamente se ve la calidad de las personas.

Mire; el cínico maestro de Edmundo le inculcó la teoría de que los débiles deben dejar paso a los fuertes. Luego cuando Edmundo pone en práctica esto, el propio maestro queda horrorizado. Esto nos lo vendieron como "progreso" en el siglo XX . Pero en verdad es un "retroceso". El mismo Adam Smith nos lo relataba en el siglo XVIII a la hora de hablar de lo que era "costumbre" entre las "naciones salvajes": "esas naciones son tan miserablemente pobres que por pura necesidad se ven obligadas, o creen que están obligadas a veces a matar y a veces a abandonar a sus niños, sus ancianos o a los que padecen enfermedades prolongadas, para que perezcan de hambre o sean devorados por animales salvajes".

No sé, Javier, si Vd. ha leido la cabecera de este blog. Dice que "se impone una máxima: El que en las cosas humanas, aunque no se crea en Dios, deberíamos actuar como si existiese". Hemos hablado de necesidad; no de probar ninguna existencia. ¡Caramba; no soy tan osado como Vd., que se empeña en probar su no existencia!.

Insisto. Existe una necesidad. Es constatable en las sociedades hasta ahora. Es el mito del eterno retorno (de los ciclos). La propia naturaleza no sabe de linealidades, sino de ciclos (invierno, primavera, verano, otoño). Vd. como marxista no lo puede comprender. El tiempo para Vd. tiene una secuencia lineal (pasado-presente-futuro). Pero existen momentos intensos en la vida que nos dejan intuir verdades esenciales en la que nos conectamos con aquellos que nos precedieron. Saludos.