domingo, 3 de febrero de 2008

Hay algo en la música que no es humano

El 29 de mayo de 1453 Occidente se conmocionó con la caída de Constantinopla. Se creyó entonces que era el fin del cristianismo. Esta polifonía franco-flamenca del primer renacimiento se hace eco de este lamento. Es obra de G. Dufay e invita a no desfallecer.

14 comentarios:

ybris dijo...

Ayer los hados inclementes de las conexiones me impidieron comentarte y hoy dejaré mis reflexiones para pasado mañana.
Me siento más a gusto en esta serena armonía del cuatrocento en donde hay ya lugar a la esperanza en lo humano y en sus posibilidades.
Nada de lo humano jamás se perderá. Para bien o para mal
Por eso, como el clásico, sé que ya nada de lo humano me podrá ser ajeno.
Hay músicas que nos reconcilian con el mundo y lo humano aunque sean más que humanas.

Un abrazo, amigo.

Blanca dijo...

En mis años de coralista, más o menos dieciocho, tuve oportunidad de cantar muchas veces este tipo de polifonía, tanto profana como religiosa, y confieso mi debilidad por ella.

SPOOK dijo...
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Unknown dijo...

Apreciado Prosaico, las manos son humanas, los oídos, el entendimiento, la sensibilidad y el arte también. Pero es que a través de esta música lo humano transciende y se convierte en algo mucho más grande. Es una pena que usted lo reduzca todo. Creo que Dardo, no olvida la parte humana, sino que se maravilla de la parte espirítual que se superpone a ella.
Si usted no la capta, se pierde lo mejor.

SPOOK dijo...
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Unknown dijo...

Amigo Prosaico, si de verdad me lo pregunta, da igual lo que le conteste. No lo va a entender. Supongo que usted lo llamaría "estar a gusto, cuando oye esta música", para mí es "dejar de estar y dejarme estar".

SPOOK dijo...
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Dardo dijo...

Ybris. Estoy muy de acuerdo contigo. Sinceramente yo creo que la estética y la ética puede hacer salir de nosotros lo mejor. Es un punto de encuentro de todos.

La verdad, Blanca, que a la fuerza os tengo que querer a Ybris y a ti. Tenéis ambos una sensibilidad extraordinaria. Y encima ambos coralistas. La mejor izquierda está llena de tesoros: ¡Es indudable!.

Mi querida C. disculpe que le haya mutilado el diálogo. Créame; no merece su atención. Siga; siga escuchando el pasaje de "El hombre armado". Siga sintiendo la inquietud que produjo en el Occidente europeo el fin de la dinastía de los Paleólogos; la decapitación de Constantino XI y su conversión en botín del turco. El fin de la Roma bizantina. El colapso de la rutas comerciales por el Asia Menor y la llamada de Felipe III de Borgoña a una Nueva Cruzada para contener a Mehmed II. Esto se presentó como el fin. Pero, amiga, condicionó la investigación de nuevas rutas (marítimas) para llegar a las Indias y con ello llegó el descubrimiento y aceleró el fin de nuestra Reconquista. Lo que parecía el fin se trocó en el principio.

Hoy, evidentemente, nuestro no desfallecer no es un rearme militar sino ético.

SPOOK dijo...
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Dardo dijo...

Mire; no insista. No le voy a dejar entrar en mi casa. Esto es ya una cuestión personal. Pero tampoco es una tragedia. Simplemente su forma de expresar y comunicar me disgusta. Hay muchos blogs donde encajan personalidades como la suya. La lucha libre no es mi estilo. Vd. mismo se despidió de aquí. ¿A qué juega entonces?. ¿A qué viene esa afectada queja, que yo la considero toda una ofensa a mi inteligencia, que es de tanta impostura como la de los nombres que utiliza?. Este blog es como un salón de tertulia amistosa. No me interesa otras actitudes pese a que sean aptas. Quiero aunar actitud y aptitud, en eso consiste la educación moderna. Si se va de progresista hay que pechar con todo. Aquí suspenden los que no dan la talla en actitud.
No, no me gusta denigrar a nadie. Por eso no me gusta que aquí se denigre por parte de tercero.
Canalice su necesidad de desahogo creando un habitáculo propio de su persona donde le vayan a visitar los de su cuerda.

Freia dijo...

Acabo de descubrir esta entrada. Se me había pasado lo siento. Mañana la escucho con calma y vuelvo. Un abrazo

Freia dijo...

Con mucho retraso me incorporo a los comentarios de la entrada, pero lo prometido es deuda.
Una muy hermosa obra del quattrocento, aunque no deja de resultarme curioso que sea la elegida para una entrada relativa a la trascendencia de la música, a su capacidad de ir más allá de lo humano. Digo que me resulta curiosa porque proviene de un cantus firmus profano, seguramente compuesto por Busnois, aunque luego diera lugar a múltiples y variadas misas.
Ya, ya sé que la definición de no humano no implica necesariamente que la fuente tenga que ser religiosa, pero, repito no deja de ser curioso. Al fin y al cabo tampoco se ponen de acuerdo sobre el motivo de dicha cancíoncilla. Unos identifican al hombre armado con el Imperio Otomano tras la caída de Constantinopla, pero otros lo relacionan con el arcángel San Miguel, aunque para muchos, narra las andanzas de Carlos el Temerario, cuando todavía era conde.
No estoy de acuerdo, al menos en todo, con el título de su entrada. El que la música nos haga trascender (sucede con frecuencia), no significa que ella misma trascienda más allá de lo humano. Fue compuesta, concebida, tocada, escuchada, reinterpretada, pensada por y para hombres.
Respeto su postura pero desde mi punto de vista no es justo que se piense que cuando cualquier manifestación u obra humana tiene una belleza increíble, excelsa, es porque Dios la inspira. No estoy de acuerdo: el hombre es capaz de las más terribles bajezas y de las más hermosas obras. Yo no se lo atribuyo al dedo divino; para mí sería restarle méritos.
Para mí escuchar su entrada ha sido un regalo, un alivio, un placer. Gracias por la elección.

Freia dijo...

No me he olvidado del artículo sobre "La música piensa", pero necesito mucho tiempo y tranquilidad para elaborarlo y ahora no dispongo ni del uno, ni de la otra.
Cuando ya te hayas olvidado de ello, seguro que ¡zas!, aparece.

Dardo dijo...

Querida Freia; con retraso, como por otra parte viene siendo habitual. No le busque tres pies al gato. Estaba hablando de emoción sin adjetivos. Y esto es lo que tiene el hablar metafórico. Luego hemos tenido otro debate; porque me suelen querer pillar. Sí; el hombre es santo y a la vez pecador. Es desde su libertad que actúa. Así que sus obras son siempre humanas; luego habría que hablar de su inspiración también desde la libertad. Tiene ambas potencialidades. Muchas gracias por tan ilustrado apunte. Ya sabes que es todo un honor tenerte de asesora en estas materias donde tanto aprendemos de ti.