lunes, 20 de agosto de 2007

Axiopost: Hay que estar en condiciones al dialogar.


"Y cuando levantéis las manos, yo apartaré mi vista de vosotros; y cuantas más oraciones me hiciereis, tanto menos os escucharé: porque vuestras manos están llenas de sangre" (Is. 1,15)

7 comentarios:

Maripuchi dijo...

La noticia que más me impactó ayer al ver el telediario fue una niña llorando sobre lo que el periodista supuso eran los restos de su casa. Sola. Llorando.

¿Qué mal ha cometido esa niña? ¿No es dios infinitamente bueno? ¿No nos dice que nos perdonemos los unos a los otros? ¿Es él incapaz de escuchar a los más necesitados?

Venga, Dardo....

Unknown dijo...

Ya salió el eterno tema, el mal en el mundo y su inmediata relación con un dios bueno y todopoderoso.
Pues no hay solución para este dilema:

O aceptamos infantiles narraciones mágicas
O nos refugiamos en “el misterio” (que es la otra cara de de la magia).

Desde el pensamiento religioso cristiano se ha intentando en vano explicar esta contradicción. Todo el esfuerzo de la teodicea hoy se considera vano por la teología más ortodoxa.

Con motivo de un hecho similar, el terremoto de El Salvador, Jon Sobrino (teólogo e ingeniero) escribió unas personales reflexiones desde su directa experiencia en aquella tragedia. (Terremoto, terrorismo, barbarie y utopía). Como cristiano creyente se agarra al consuelo del misterio.

Mi posición es mucho más sencilla y vulgar.
Todo el problema surge por la creencia en un dios personal externo al universo. Si eliminamos de nuestro argumentario esa imagen inventada no queda ninguna pregunta sin respuesta.
Aparte de los accidentes… existe el mal en el universo
De un lado están los desastres naturales, de los que la geo-física nos da suficiente explicación.
Y de otro el mal moral, causado por la propia naturaleza humana. La sicología y la biología tienen explicación racional para este comportamiento.

Ahora habría que hablar de la respuesta al mal existente y sus consecuencias.
En síntesis, hay dos vias para atenuar los efectos del mal.
Una respuesta personal, desde la propia conciencia individual
Y una respuesta social, desde las estructuras políticas.
Desde ambas se puede enfrentar tanto el mal natural como el el moral.

Y como yo soy optimista interpreto la historia como un continuo logro en la lucha por la dignidad, un continuo avance de la humanización. En realidad hay que ser un pesimista empecinado para no aceptar que el presente es mejor que el pasado. La evidencia de la historia es concluyente a favor de los optimistas.

Dardo dijo...

Maripuchi; el pasaje de Isaías -por su contexto- es un célebre pasaje que denuncia la hipocresía religiosa. El profeta nos advierte que Dios está harto de determinadas ofrendas; que El no las ha pedido; es más, le desagrada profundamente que se las ofrezcan aquéllos que tienen las manos manchadas de sangre. Sólo sería admisible tales ceremonias, si primero socorremos al oprimido; hacemos justicia al huérfano y amparamos a la viuda.

Con razón San Jerónimo dijo que el libro de Isaías más parece obra de un evangelista, que de un profeta.

Para el creyente es un pasaje que, una vez más, le hace salir de la tentación de entender ese diálogo como un único asunto de dos. La solidaridad con los demás; entenderlos como verdaderos prójimos es la conditio sine qua non es posible dialogar.

El tema que apuntas de las desgracias de este mundo no está relacionado directamente con el pasaje. La verdad que es interesante y requeriría una entrada específica. La foto ilustrativa es de la exhumación de las fosas de Katyn; obra de maldad humana no física. Indudablemente la cita es un inagotable hontanar especulativo; seguro.

En el segundo comentario, el "doctor Pangloss" te ha contestado desde su tesis optimista. Voltaire en su "Cándido o el optimismo" ridiculiza la tesis de Leibniz relativa a que el mundo no es que sea bueno, sino que es el mejor de los mundos posibles y que el mal que en él se da es el menor mal posible.

El "doctor Pangloss" en "Cándido" de Voltaire: (contexto histórico: terremoto de Lisboa de 1755) pregunta a Cándido: ¿Cuál podrá ser la razón suficiente de este fenómeno?...

(Cándido): El mundo perece...;
(Pangloss): ..Ud. falta directamente a la razón universal....Este terremoto no tiene nada de extraordinario..en el año pasado padeció la ciudad de Lima igual sacudimiento.Cuando las causas son idénticas, los efectos lo son también. No hay duda en que hay una veta de azufre desde Lima a Lisboa....
(Cándido): Todo eso es muy problable...
(Pangloss): ¿...Probable? ...Sostengo y afirmo que es una cosa demostrada y certísima.....las cosas no podían suceder de otro modo; porque si debajo de Lisboa o en sus cercanìas existe un volcán, es prueba evidente de que no puede estar en otra parte; puesto que es imposible que todo no sea de la manera que es, en atención a que todo es lo mejor que cabe.

Un hombrecillo vestido de negro, familiar del santo oficio (que estaba sentado junto a Pangloss le dijo):

A lo que parece de su discurso...no debe creer en el pecado original, porque si todo lo que es no pudo ser mejor, inferiremos que no hubo caída ni castigo.

(Pangloss): ...la caída del hombre y la maldición que se siguió después fueron dos incidentes de absoluta necesidad en el mejor de los mundos posibles.

(el del santo oficio): ¿Necesidad?...¿con que usía no cree tampoco en el libre albedrío?. .....

¡Ay!. A punto he estado de llamar Cándido al segundo comentarista; pero ¡qué va!. Cándido es un carácter amabilísimo, de fisonomía coincidente con la bondad de su corazón, y va a la par su solidez de juicio y su sinceridad.
No siendo el carácter tal, siendo indiferente al avatar de su fisonomía y consciente de su corazón; y habiendo constatado que la solidez de juicio en este caso va a la par con la impostura; no he tenido más remedio que llamarle "doctor Pangloss"; aunque para nada le deseo el final que le espera en el capítulo VI.

Unknown dijo...

No se si su comentario de debe a mala voluntad o ignorancia.
Es un hecho la mala interpretación que hace tanto de mi comentario como de los personajes de Cándido.
Debe saber que Pangloss representa a Leibniz, el de las mónadas y el dios que pone armonía entre ellas. ¿De donde extrae usted la similitud? ¿de su ignorancia o de su mala voluntad?.
Tampoco acierta mucho al definir a Cándido, la perplejidad de Cándido, ante el campo de batalla repleto de cadáveres en la guerra de búlgaros y ábaros, ante el terremoto producido por la Madre Naturaleza (guiada por Dios) en Lisboa, o ante la crueldad humana que le circunda (que cercena, viola, corrompe o acaba con la vida).
Cándido representa la inocencia del pueblo sometido por el poder absoluto de la aristocracia y la monarquía, la candidez es el pensamiento honrado guiado por un buen corazón, y Cándido es optimista, no sabe ser otra cosa, no puede ser otra cosa, sigue las enseñanzas de su querido preceptor, el Dr. Pangloss, que es la representación de la razón suficiente. Es la representación del hombre atrapado por la telaraña del destino, "todo está lleno de dioses" (-o mónadas-). Cándido cabalga sobre el azar, la buena o la mala suerte le acompaña; en ocasiones, las cosas parecen ir mal y terminan bien, y otras ocurre al contrario, todo resulta impredecible y por lo tanto fuera de control. La razón no es suficiente para dirigir al destino. ¿Quién podría prever lo que le ocurriría a Cándido tras ser arrojado del castillo por el barón?. Nadie, y este es el espíritu del relato: vamos viviendo a golpes, la razón sólo sirve para embridar el corcel salvaje que es la vida, pero no para domarlo.

Ya que trae usted el tema, le copio a continuación un resumen de Cándido, extraordinaria narración de Voltaire que junto a una sátira del poder de la aristocracia y los eclesiásticos, hace una crítica a la razón pura proponiendo la necesaria percepción de la realidad.

Voltaire, no establece un sistema filosófico definido, pero su filosofía se encuentra ubicada entre un racionalismo relativo y un existencialismo moderado, huye del absolutismo racional con tanta fuerza, como de la petulancia filosófica del materialismo omnipresente. Su escepticismo con el mundo le hace creer en sí mismo.
Cándido es reconocida por muchos como la obra magistral de Voltaire, en cierta forma resume lo que el autor pensaba sobre la condición humana en la época en que escribió el cuento, desde una perspectiva escéptica pero a la vez optimista.
En ese tiempo, la humanidad se encuentra acosada por la maldad y el sufrimiento, pero se respiran aires de cambio, una oportunidad para adoptar iniciativas y mejorar. Este cuento invita a no permanecer sentado esperando que se derrumbe la sociedad de su tiempo, hay que horadar los cimientos, hay que ayudarla a caer por que ya no se sostiene.
Voltaire preconcibe el existencialismo, la vida pasa entre las convulsiones de la inquietud y las letargias del tedio (capítulo XXX). Y busca en el trabajo la superación de tres grandes males que asolan a la humanidad: el vicio, el tedio y la necesidad, como el campesino turco (capítulo XXX).
Al final, Cándido se convierte en filósofo, y establece un "primum vivere, deinde philosophare", y su amigo Martín, considera que trabajar sin razonar es la única forma de hacer la vida soportable (capítulo XXX). Cultivar el jardín, es lo único que hay que hacer. Cada uno debe ocuparse de sus asuntos y esta conducta proporciona por sí misma el bienestar. Pensar, filosofar, debatir las ideas, es un riesgo para la vida sana y tranquila.
Voltaire no acepta que este sea el mejor de los mundos posibles, sin embargo, considera posible que este mundo sea mejor, esa es su gran enseñanza, su auténtico legado, su definitiva propuesta al optimismo.

J. G Centeno dijo...

Es una situación recurrente el que ante una catástrofe, que causa innumerables pérdidas humanas y materiales, y sobre todo por parte de personas creyentes, de la religión que sea, de clamar, aunque sea con la boca pequeña, contra el dios en el que creen por haber permitido el sufrimiento de inocentes. Los no creyentes, agnósticos o ateos, como yo, tenemos dos tipos de reacciones una puede ser la de Maripuchi, intentando destacar la contradicción que supone que un ser que por definición es infinítamente bueno y misericordioso consienta los sufrimientos de un inocente, un cristiano contestaría que dios es también infinitamente justo, y acabaríamos con lo de que los designios del señor son inexcrutables y así in aeternum o bien, y yo en más de una ocasión me he implicado, podríamos entrar en una discusión más científica recurriendo al principio de conservación de la energía, y otros principios físicos, que nos llevaría a una discusión puede que muy brillante, desde el punto de vista intelectual, pero inútil desde el punto de vista práctico. Prefiero, por tanto, otro tipo de actitud, más unificadora, más ecuménica, por utilizar un lenguaje probablemente más acorde con la forma de pensar de Dardo, y que básicamente debe consistir en buscar un modelo de sociedad, de desarrollo social y económico que permita, no impedir las catástrofes naturales, pero si minimizar sus efectos, y sobre todo que sus efectos no recaigan siempre sobre los mismos, algo que, a mi juicio, el modelo de desarrollo capitalista es incapaz de conseguir, por su propia esencia, la existencia de ricos lleva anexa la de pobres. Discutamos y propongamos sobre eso sin entrar a valorar si existe una causa primera o un primer motor

Unknown dijo...

J.G.Centeno
Escribe: ”una discusión más científica recurriendo al principio de conservación de la energía, y otros principios físicos, que nos llevaría a una discusión puede que muy brillante, desde el punto de vista intelectual, pero inútil desde el punto de vista práctico”

Bueno, no tan inútil. No es necesario remontarse al principio del universo y la vida. La ciencia permite conocer las causas inmediatas y en función de ese conocimiento propone soluciones totales o parciales para paliar sus consecuencias.
Construcciones sismo-resistentes, predicción de erupciones volcánicas y ciclones, etc. Y a otro nivel, pero también ciencia, están los logros de la lucha por la dignidad y los derechos humanos.

Estando de acuerdo con su manifestación en el sentido de la inutilidad de buscar la causa primera, no entiendo su alusión a que la existencia de pobres y ricos sea el origen y causa ABSOLUTA que impide minimizar las consecuencias del mal.
Por favor… ¡me lo explique¡

Dardo dijo...

¿Mala voluntad?. Para nada. Reconozco cierta frivolidad motivada por lo entrañable de hallar sorpresivamente una actitud optimisma gratificante donde me parecía imposible encontrarla. Ignorante; seguro. La erudición violeta tiene esto.

Pero puestos a leer, conviene también cierta atención y algo de indulgencia; pues ya había apuntado que Voltaire ridiculiza la tesis optimista de Leibniz en "Cándido"; sí, efectivamente, Pangloss es el arquetipo. ¿Pero es que hay que explicitarlo todo?.

El pasaje de Isaías era sobre la hipocresía religiosa. Luego se ha suscitado otro tema: la razón de la presencia del mal en el mundo. Y se ha hecho un comentario muy interesante y enriquecedor. Ese optimismo me ha resultado entrañable (siendo yo como soy radicalmente pesimista); además esa fe en la propia historia concebida como una evidente línea ascendente de logros; en fin....tengo mis dudas. Pero lo cierto es que hilado el "optimismo" con el "terremoto" no he podido por menos que acordarme de "Cándido"; pero he tenido un problema: me ha sido imposible encajar al comentarista con la propia descripción que hace Voltaire del personaje:

"Había en Westfalia, en el castillo del señor barón de Thundertentrockh, un joven a quien dotó la naturaleza de un carácter AMABILISIMO; su fisonomía anunciaba, desde luego, la BONDAD de su corazón, y eran iguales en él la solidez del juicio y la sinceridad: tal vez por esto, y no por otro motivo, le llamaban Cándido".

He decidido, divertirme un poco, y utilizar el nombre de Pangloss; de sólido juicio aunque no descrito su perfil. Pero por supuesto que parece que Leibniz niega el mecanicismo al creer en la figura de un Dios armonizador. Pero es el caso que a través del expediente de la "razón suficiente" se pretende dar una explicación inteligible a todo ( ¿la geofísica para los desastres naturales?; ¿la psicología y la biología para el mal moral?).

Así que claro: ignorancia; pero nunca mala voluntad, al margen de una cierto juego inofensivo contagiado de tan sano optimismo ciertamente alentador.

Hemos, sin duda, descubierto América con las recetas hortelanas (Martin) para combatir el mal.

Por otra parte; don Javier no ha hablado de causa ABSOLUTA, sino de una situación que tiene que ver con el subdesarrollo y la desigualdad social; de cómo los pobres (esas casas de adobe) son los que más padecen estos efectos. Ha propuesto que se debe cambiar el "modelo" porque no cree que el capitalismo sea el más apropiado. Yo tengo mis reservas sobre ello, ya que Japón es un modelo capitalista y parece tener la mejor respuesta de cara a la prevención de estos siniestros. Por contra la Rusia soviética se reveló muy incompetente en tragedias de propia autoría humana: Chernobyl y Mar de Aral. Fácilmente se podría extrapolar en situaciones hipotéticas de desastres naturales. Pero que duda cabe que lo apuntado por don Javier es francamente interesante.