sábado, 7 de julio de 2007

Confesiones desde el Circo.

Estos tiempos son tan prosaicos, que cuando alguien confiesa a sus amigos que tiene la costumbre de hacer lecturas piadosas, se arriesga siquiera a provocar una amplia y franca sonrisa en ellos.

Y no es que disguste, pero da la impresión de que lo colocan a uno en un estadio inferior bien parecido al que de continuo están los adultos frente a los niños, bien similar al de estos mismos adultos frente a los abuelos, que como se situan fuera del ciclo productivo e inexorablemente están abocados a la decandencia física y mental son tratados también como niños.

En el fondo es una bendición que nos traten como niños: Dejad a los niños, y no les estorbéis de venir a mí; porque de los que son como ellos es el reino de los cielos (Mt. 19.13).

Así que la confesión en tercer grado de que uno tiene la rara costumbre de aplacar la zozobra de la vorágine moderna a través de lecturas que invitan a emociones altruístas tiene la virtud de al menos provocar compasión entre los amigos.

Ya véis; de la confesión de leer lo pío surge la compasión por dicha sinceridad. Lo piadoso provoca lo compasivo. ¿Qué curioso?. ¿Habremos dado en la tecla?.

Parecida actitud a la que se reflejaba en el conocido relato parabólico de Kierkegaad sobre el payaso y la aldea en llamas; donde desatado un incendio en un circo instalado a las afueras de la Aldea, el director del circo decide enviar al payaso (que estaba ya vestido así para actuar) para avisar a los aldeanos; y éstos, pensando que era como una especie de reclamo publicitario, no cesaban de reirse y tomárselo a broma. El payaso desesperado más porfiaba sobre el peligro que se avecinaba contra las campos y la propia Aldea; y los aldeanos más se retorcían de la risa al interpretar aquello como una gran actuación de un infeliz payaso. Al final el incendio llegó y tanto el circo como el pueblo y los campos cosechados fueron pasto de las llamas.

Y el caso es que la piedad es la esencia de lo cristiano. Porque ella inspira la devoción a Dios y a sus cosas, así como el amor al prójimo. Así que una lectura sobre ello vendría a ser como una educación en valores tan de moda en estos tiempos visto el pavoroso incendio provocado por la modernidad. ¿Acaso la educación en valores no quiere combatir el funesto tumor del individualismo e inculcar que somos humanidad?. ¿Acaso la solidaridad no es un nuevo odre donde se guarda el mismo vino de siempre: amar al prójimo?. Así como el envase de barro dio paso al cristal; así la caridad ha dado paso a la solidaridad. Pero es el mismo vino: nada de lo humano me es ajeno.

En estos tiempos este tipo de lectura como asímismo el mismo saber teológico está visto como un quehacer insólito, ya que es algo totalmente ajeno a los clichés habituales del pensamiento y del lenguaje. Y convendría ya de paso plantearse si puestos a establecer como obligatoria la educacion en valores en las etapas de enseñanza de la misma naturaleza; no sería también aconsejable obligar a algunos a cultivar determinadas lecturas; suprimir de las televisiones costeadas con los presupuestos todo aquello que estuviera en confrontación con esto, o al menos encapsularlo en horario marginal y retirar las subvenciones públicas a las obras artísticas o cinematográficas que se deleitan enfermizamente en cultivar los más depravados instintos.

Así que yo os propongo para la sobremesa de estas caniculares jornadas que se avecinan el libro de S.Isabel de la Trinidad "Meditar con el Arte" editado por Styria, 2006. Ya os he comentado que la estética y la ética, entreambas, nos salvan. S.Isabel de la Trinidad auna ambas facetas: La estética de las obras de arte que reseña y la ética de la perspectiva de una humilde enamorada de la belleza dedicada a la contemplación, que en contraste con nuestro mundo nos aporta serenidad.

Suyo afectísimo un payaso preocupado por los incendios.



11 comentarios:

Blanca dijo...

dardo, no te consiento que te sientas llamado payaso por mua.

En ningún momento tu proclividad a las lecturas pías me puede dar a mi pie para denostarte, ni muchísimo menos, faltaría más.

Mi extrañeza resulta de que no conocía a nadie que lo hieciera, salvo que fuera sacerdote, cosa que no me extrañaría... (me lo has puesto a güevo, te lo agradezco).

Yo he leido muchos pasajes de Historia Sagrada, los mejores libros de aventuras y/o esoterismo que nadie pueda leer. Los evangelios son una lectura estupenda para reconciliarte con el ser humano y las vidas de Santos son muy entretenidas.

Y ahora, en serio, leer a Santa Teresa o a San Juan de la Cruz debería ser de obligado cumplimiento para cualquiera que piense que lo sabe todo sobre el amor, la voluntariedad o la caridad, y leer a muchos teólogos, con los cuales tu no comulgas, es un ejercicio indispensable para conocer la doctrina de Cristo versus la doctrina vaticana.

Y dicho ésto, me parece magnífico que leas lecturas piadosas o religiosas... siendo ¿seglar? o ¿eres sacerdote? y entonces ya me parecería menos raro...

garib dijo...

Yo no me he reído en absoluto de lo de las lecturas piadosas. Como comenta blanca, los libros religiosos pueden ser una lectura tan buena como cualquier otra. De hecho, las religiones habitualmente defienden valores éticos que deberían ser compartidos por todos. Lo que ocurre es que todo eso se mezcla con un "seguir al líder" que lo pervierte y con unas interpretaciones interesadas de las lecturas que acaban escondiendo esa esencia original que debería hacer que las religiones unieran más que separar. Por otro lado tendrás que aceptar que seguramente en otros libros, como el Corán por poner un ejemplo, también se pueden encontrar buenos deseos.

Los términos muy vinculados tradicionalmente con el cristianismo tienen un poco de connotación negativa o "rara", eso es cierto.

También, como acostumbras a hacer letrado, planteas sólo el lado del argumento que te interesa, la religión cristiana orienta hacia un cierto comportamiento solidario y de amor al prójimo, pero no es lo único que puede llevar a ese comportamiento. Yo no hago lecturas piadosas y me considero solidario, al menos hasta que alguien demuestra no merecerlo, que es cuando el vigilante moral me lanza el dardo.

Dardo dijo...

Mi apreciada Blanca está claro que la alusión a la figura del "payaso" no tenía que ver con vosotros. Es un recurso retórico que viene resumido por Harvey Cox en su libro "La Ciudad secular" y que reseña el relato del propio Kierkegaad; todo ello a su vez comentado por Ratzinger en una conocida obra suya.

No hay en el fondo nada despectivo; sí algo de angustia: Lo insólito de la postura retratada en un mundo ajeno a ello. Pero, en fin, los payasos hacen reir y están cerca del mundo de los niños; así que tampoco saldría uno perdiendo. Pero, descuida, tengo claro que vosotr@s tenéis sobrada bondad para siquiera sugerirlo de manera despectiva.

Efectivamente las escrituras tienen su atractativo literario, etc. Pero también es "logos" para mucha gente. Y este "logos" significa que es verdad. Algo también insólito en estos tiempos. Pero tranquilos: admito que esta verdad debe ser alcanzada por cada individuo en libertad.

Yo Garib no desprecio ninguna tradición religiosa que sea compatible con la humanidad. Y en todas hay un anhelo de hallar el rostro del Eterno. ¿Quién ha dicho que sea lo único que lleve a la solidaridad y al amor?. Tengo que poneros otra vez Romanos 2,13-15 donde Pablo de Tarso habla que son justos tanto los creyentes como los gentiles. En definitiva: por sus obras se salvan.

Ya te he dicho que de vigilante moral; incluso puede que sea al revés.

Blanca; vamos a dejar de ahondar amiga; dejemos que revolotee el misterio. Un abrazo a ambos.

Antonio Parra dijo...

Joder, joder (perdón Dardo por la palabra joder) de toda la retahila de las lecturas piadosas me quedo con la parábola del circo ardiendo, porque se puede extrapolar a lo que ocurre en el PP, el dueño del circo es Aznar, el circo arde, y Aznar manda al payaso (rajoy) a convencer al pueblo para que apaguen el jodido fuego aunque sea con las famosas ACTAS, el pueblo obviamente se descojona. El circo se quema y habrá que reconstruirlo como buenamente se pueda.
El problema es que no se hayan quemado los leones y serpientes que quedan dentro.
saludos dardo

Dardo dijo...

Antonio eres único (ja,ja). Pero ten cuidado con el manejo de esta parábola; porque te habrás fijado que en ella el "payaso" tenía razón. Tod@s se reían de él, lo consideraban estrafalario o en el mejor de los casos un buen actor; pero estaba anunciando que el Circo (Genóva, 13 según tú) se estaba quemando. Pero ya te he dicho que el incendio arrasa la misma aldea y el bosque y cosechas de los aldeanos. O sea; que en su patetismo tenia razón el clow.

Pero Antonio lo que sí está claro es que eres un pirómano; claro, eso es lo que tiene estar entre tanto fogón; terminas adorandolo. Ya sé cuales son los dioses protectores de tu quehacer: Vesta y Vulcano. Pues aunque éste es verdaderamente el dios del fuego; aquélla era la diosa protectora de la familia y la encargada de que no se "acabara el gas" (que estuviera siempre encendido el fogón). Aunque me parece que Vesta es demasiado conservadora

Antonio Parra dijo...

El fuego no quemó la aldea ni el bosque en este caso. El fuego asoló la calle Genova y tal vez algo del Barrio de Salamanca. Pero no llegó a Vallecas. Y lo que es peor, la gente aún siguen descojonandose del Payaso.

animalpolítico dijo...

Tienes bastante razón, Dardo, pero creo que está fuera de toda duda que aquel que lee, sea lo que sea, tiene una posición de ventaja en el afán de conocerse mejor a sí mismo, y, quizá, de mejorarse. Y si las lecturas son de índole moral, más. Ya sean estrictamente religiosas o no. Y si uno es creyente de una religión es una actividad particularmente coherente leer textos que le remitan a ella. Por supuesto.

Si yo te contara... he hecho traducciones de Griego Neotestamentario, aunque reconozco que motivadas por cuestiones demasiado prosaicas (historia de la lengua griega)... y supongo que esto no cuenta.

Saludos y un abrazo

Maripuchi dijo...

Animal ... si yo te contara no, cuenta... CUENTA...

Adivagar dijo...

Dardo, a mí me parece un ejercicio de lo más saludable para el espíritu. Aporta sosiego y serenidad, además de alimentar el intelecto. Hay lecturas de vidas de santos realmente reveladoras y estimulantes.

Un saludo, amigo.

garib dijo...

He sido un poco malo, dardo, no dudo que respetas otros pensamientos, religiosos o no. Sólo quería clavar una lanza por la persecución de los mismos ideales que planteas a partir de posturas laicas. Tengo que reconocer que tus planteamientos sobre el cristianismo son de los más atractivos que he visto últimamente, donde todo parece que se centra alrededor de un matrimonio homosexual aquí y allá, usar o no condón y otros detalles que no deberían ser de ningún modo, en mi opinión, el mensaje principal que dieran las cúpulas católicas. ¿Para cuando oirles mensajes más globales, sobre igualdad, derechos, defensa de los necesitados, en lugar de obsesionarse con la liturgia y cerrar iglesias que no la siguen?

Dardo dijo...

Animal; no me extraña, una de las principales críticas que se le hace al cristianismo es que es un judaismo helenizado. Seguro que algo se te habrá quedado.

Adivagar; eso es: revelador y estimulante. Siempre tan preciso amigo.

Garib; ¡¡¡esto no es un confesionario!!!. Si has sido "malo" (vaya par de socarrones estáis hechos los dos filológos) aplícate la ley del karma (que eso parece que te va) y responsabilízate tú mismo de tus actos. Yo no te voy a dar ninguna absolución porque no tienes ningun propósito de enmienda.

Mira, amigo, fuera de bromas, "lo sexual" parece que ha estado gravitando demasiado. El mismo Nietzsche (al que Animal ha dedicado una entrada dada su afición a la hibris) señalaba que el cristianismo dió de beber al eros un veneno y lo degeneró en vicio. Convirtió algo natural en vicio.

En la última encíclica (tú te lo has buscado por preguntarme) "Deus caritas est " de Ratzinger; él mismo se pregunta cómo es que la Iglesia ha convertido en amargo lo más hermoso de la vida (el eros). Te lo digo para que sepas por donde van los tiros; y como (unos y otros) se malean luego las discusiones llenas de prejuicios. Todo va en un pack; todo es importante: someter al eros a cierta disciplina para que no decaiga en instinto únicamente, en mercanía, en objeto; que no sea un eros de un instante (no únicamente genital) sino un eros que aspire a la eternidad, que sea estable (porque se de entre sujetos no entre objetos); y combatir la pobreza y un mayor compromiso con los que sufren. Todo es importante y es integral y está relacionado. Difícilmente desde una postura hedonista (egocentrica que ve a los demas como objetos) se podrá abordar una tarea de entrega social. Así lo veo yo Garib.