jueves, 4 de octubre de 2007

Solidaridad con Birmania


"Desde que nacemos, dependemos de la bondad y protección de nuestros padres. Más adelante en la vida, cuando nos oprime la enfermedad y la vejez, volveremos a depender del altruismo de los demás, y ya que al inicio y al final de nuestra vida, necesitamos de la bondad del prójimo, ¿cómo es posible que en el transcurso de ella no seamos igualmente generosos?." Tenzin Gyatso. Dalai Lama XVI. Premio Nobel de la Paz 1989.

8 comentarios:

Donna Angelicata dijo...

Me ha gustado mucho esa cita reflexiva que ha puesto. Muchas gracias por ello.

"Ahora que has roto la pared a cabezazos, ¿qué harás en la habitación vecina?". Confucio.

M.Angel dijo...

¿Donde está la comunidad internacional?.

Un abrazo, Dardo.

Dardo dijo...

Donna; la suya de Confucio también interesante y sobretodo siempre desgraciadamente actual.

Miguel Angel; tú mejor que yo sabes lo imperfecto del derecho internacional público. No obstante estoy seguro que sería peor si no existiera este endeble mimbre de los institutos internacionales. Todavía sería más penoso de lo que es
ahora.

Saludos a ambos.

M.Angel dijo...

Por eso hice la pregunta dardo, el derecho internacional público es papel mojado, pero estoy contigo, aún sería peor la cosa si no existiera.

Un saludo.

Sigurd dijo...

Es una reflexión que no debiéramos olvidar ningún día de nuestra vida. Jesús lo resumía en "amaros los unos a los otros como yo os he amado". La cita de la entrada tiene la virtud de hacernos reflexionar sobre por qué no lo hacemos, sobre todo cuando dependeremos del amor del resto.

Lo de Birmania tiene mala pinta, sobre todo porque cuentan con China como aliada.

En Cuba, la semana pasada, "desaparecieron" más de cien disidentes, pero nos planteamos condonarles la deuda vía presupuestos.

Sólo EEUU está presionando a China para que influya sobre el gobierno birmano. No oigo los aplausos.

¿Qué solución ofrece la Alianza de Civilizaciones en estos casos?.

Dardo dijo...

Sigurd; exactamente, existe como una proximidad interior, toda una serie -en palabras de Ratzinger- de convergencias significativas entre las grandes tradiciones religiosas de la humanidad y el confucianismo y el taoísmo.

China tendrá que tragar algo; seguro. Lo de Cuba aquí subyace larvada la crisis del 98 envuelta en lo progresista; hasta el mismo Fraga se despachó con alguna que otra majadería de apoyo en su día. Le recuerdo que recientemente el Sr. Presidente ha tenido a bien comparar lo de Cuba con lo de Franco. ¡Algo es algo!.

Sigurd; nada de lo que haga el Imperio será nunca bien visto; aunque lo haga bien.

Enriquenonpraevalebunt dijo...

Soy un ignorante con respecto a este conflicto y al estar situado en oriente mi ignorancia se amplía a cotas insospechadas.
Dardo, te animo a que, si estás informado sobre el conflicto, nos hagas una síntesis sencilla con la que podamos hacernos una idea del fondo del asunto.
Si lo que pido es demasiado difícil es simplemente porque es fruto de mi ignorancia.
Un saludo

Dardo dijo...

Enrique; no creo que yo sepa más que tú fuera de los teletipos que estamos recibiendo. La entrada, como supondrás, ha sido por manifestar mi simpatía hacia la inmensa mayoría civil que es contraria a esa tiranía impresentable.

En Asia (Camboya - Pol Pot; Tibet, represión en China) estamos acostumbrados a episodios espantosos. Una película emotiva fue "Los gritos del silencio"; supongo que la conocerás.

A mi de la crisis birmana lo que me ha sorprendido es:

- Que el general en jefe de la junta militar fuera un antiguo y simple cartero.

- Que la líder opositora en arresto domiciliario ganara por abrumadora mayoría las elecciones y no se reconociera.

- Que en el anterior episodio de represión se liquidaran por ametrallamiento de un plumazo a una cifra en torno a tres mil manifestantes.

Esta crisis estalla por lo anterior. El maltrato a unos monjes por parte del ejército ha sido la ocasión (vista la autoridad de los monjes en comparación con la grosera detentación del poder de la junta militar) para que salgan las energías contenidas simplemente por el terror.

Pero, Enrique, poco más sé.