El regalo y premio difícilmente mensurable es Vd. (Donna) como pronombre. La misma posibilidad de entrar en su bitácora y encontrarme lo genuino de su personalidad. El mismo hecho comunicativo con Vd.
Durante este verano Sigurd y Summum han comprobado lo que es buena fe por mi parte y, yo mismo, he sido gentilmente advertido por ellos de un incidente de usurpación de personalidad. En verdad que debería ser yo el que les concediera este galardón. Gracias.
No me gustan las cadenas. Soy huraño socialmente en esto. Tengo en mente a los blogs solidarios que galardonaría. Uno de ellos no le gustaría -estoy seguro- entrar en esta cadena (¡menudo es!); y por eso no me atrevería siquiera a mentarlo. Soy extremadamente delicado con aquello que pueda provocar un mohín de disgusto en personas virtuales que aprecio. Tengo otros en mente; pero son un secreto que viene a ser un tesoro que avarientamente miro para mi mismo. Elegir bondades tiene algo de perverso. Siendo esto así; pienso que lo menos injusto sería señalar defectos. ¡Uy!. Pero que estoy diciendo. ¿Entonces la caridad?.
Mi madre, que parió seis hijos, decía cuando le preguntaban cuál quería más; que esa pregunta no tenía sentido. Y como era en el fondo una buena pedagoga decía que eso era algo así como elegir qué dedo de la mano mantener, frente a la inevitable amputación de cuatro.
Donna; Sigurd y Summum. Gracias. Comprendo que si he quebrantado las reglas están en su derecho de revocarlo; pero simplemente su gesto es de agradecer. Y tengan seguro que yo soy huraño; pero fiel a carta cabal.
P.D.: Le he dicho a Cucufate que es el Sr. Portero de este Blog que de manera gentil les diga a las gentes que en esta casa somos de natural sobrios y que con los dos premios concecidos ya tenemos bastante; así que los demás se devuelvan a su origen. ¡Tampoco voy a descolgar el Almanaque Zaragozano por ir colgando más Premios; que serán muy amistosos; pero oiga que no les cuestan ni un duro; y el Zaragozano sí que te lo cobran!.
3 comentarios:
Felicidades amigo.
Un saludo.
Estimado Dardo, fíjese que estuve a punto de preguntarle si no le incomodaría que le dieramos un premio de estos, pero, ¡que leñes!, en conciencia no podíamos más que premiarle. Por supuesto, haga con el premio lo que guste, y esté tranquilo, que la maldición de verse sumido en una vorágine de relativismo ético para quien rompe la cadena la cadena de premios no es más que una leyenda urbana.
Un cordial saludo
Digo lo mismo que Sigurd. Sencillamente, ¡se lo merecía sin más!.
Muchas gracias por ser como es
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