Y el caso es que de una díscola afrancesada no se puede esperar más que te ponga en tamaño yugo. Sus dos condiciones son a modo de dos lanzas samnitas; nuevas horcas caudinas.
El asunto es que nuestro Cósimo
http://cosimoelbaronrampante.blogspot.com/2008/01/lo-siento.html ya ha dejado dicho que es tarea imposible. ¿Entonces por qué una Condesa le pide a un plebeyo lo que un Barón ha dejado claro que resulta inalcanzable?. ¡Y además esta noble casquivana se empeña en que sea en latín!.
Lo que no me ha gustado nada es la astracanada y chirigota que se ha montado con todo esto. Por otra parte muy propio de nuestra indómita alma nacional. Alguien pese a haber utilizado la palabra orinal ha tenido la brillantez de confesar que necesitamos un himno para cada uno de nosotros. Y así entronca con nuestra tradición individualista. Y es que somos un pueblo que negamos y ponemos en cuestión nuestra principal epopeya (Reconquista); que fue capaz de reaccionar a la invasión porque ya existía un ser o pueblo (aquí sigo a Claudio Sánchez Albornoz) aunque no tuviera conciencia de sí mismo. Esta conciencia se forja frente a lo judío y a lo musulmán. Somos lo que fuimos y no quisimos ser. Porque la historia (otra vez S.Albornoz) es la conjunción de un estilo de vida o estructura de vida, el azar y la dirección de las élites (héroes).
En "España. Un enigma histórico" se habla de ese pueblo individualista determinado por la geografía, de esa ausencia de feudalismo que nos hizo libres (hidalgos) e indómitos por fuerza de una aventura militar de nada menos que ocho siglos.
¿Alguien puede dudar que con estos antecedentes, aquí se cuestione hasta lo más sagrado?. He leido una buena entrada sobre como la letra H se quejó a la Junta Alfabética de que no se la pronunciaba. Desde hace tiempo la voz España no suena, es también muda; pero sin embargo existe. Es.
Pienso por otra parte que esta cuestión del himno es cosa de poetas o escritores. Pero que gran majadería es esta de pensar que cualquiera vale para cualquier cosa. ¡Tan deformado está el concepto de democracia que negamos la competencia o autoridad!. Y que quieren que les diga: Sólo los virtuosos del violín tocan con perfección un stradivarius. Sólo un neurocirujano puede intervenir en el sistema nervioso. Sólo un buen poeta o escritor puede captar la vividura (frase de Américo Castro referida a que entendiendo por morada vital el acto de vivir; la vividura sería la determinada percepción y posición que tenemos -el pueblo- frente a este acto). Es lo que captó el autor del Poema de Mio Cid o el mismo Miguel Hernández con sus Andaluces de Jaén.
¿Después de todo este excursus me puedo librar, ¡oh Freia!, de tu encargo?. Me parece que no; iba a quedar mal.
A mí, de pequeño, me gustaba (y todavía la tarareo) esta canción francesa sobre una campesina de la que se ríen tres capitanes por verla con zuecos; siendo, en verdad, la amada del Príncipe:
Pero también he encontrado esta otra de Mambrú se fue a la guerra que es de lo más marcial.
Como estamos de broma. He aquí mi memez:
O felix Hispania,
Sedes es Viriati,
qui Romae
effudit sanguinem
Gloriosa Hispania
Succesor Imperii
vigil libertatis defensor
Nobile Hispania
Pharus in tenebris
rupes inter fluctus
pacis es vindex.
¡Anda; y ahora a traducir!.
Pero te voy a transcribir un villancico dedicado a la Purísima que me encanta:Al Campo sale María
y ha de lograr vencimiento
pues las sombras que se oponen
desmayan al ver su esfuerzo
Alistando claridades
valerosa sale al puerto,
sin temer del enemigo
el osado ardor protervo.
¿Al arma, al arma! ¡Guerra, guerra!
Ya suena el atambor, y ya el clarín
publica por la tierra:
¡Al arma, al arma!. ¡Guerra, guerra!
Y al estruendo, y al combate
brama el bronce, gime el parche.
¡Avanza, avanza! ¡Cierra, cierra!
¡Al arma, al arma!. ¡Guerra, guerra!
Y crujiendo los cañones
se miran ya desechos,
contrarios escuadrones
y adustas y enemigas:
ya están obscurecidas
las fuerzas del abismo
y el soberbio Luzbel
se ha vuelto polvo
de sí mismo.
¡Qué valiente, qué arrogante,
qué brillante y qué luciente,
qué eminente y qué elevada,
qué agraciada y qué excelente!
De tu Oriente,
oh Madre peregrina,
comunícanos tu luz,
clara y divina.
Roque Ceruti "Al Campo sale María" S.XVIII. Barroco musical hispanoamericano