Don Javier erre que erre Centeno
Reconforta su humanismo heleno,
Aunque aplauda la Rodríguez Salmones,
¿Acaso he inflado los "salmones"?;
Etsi Deus daretur
Don Javier erre que erre Centeno
Reconforta su humanismo heleno,
Aunque aplauda la Rodríguez Salmones,
¿Acaso he inflado los "salmones"?;
Los periódicos no gustan a Regás,
La "cesa" Cesar Antonio Molina;
Es comprensible que esté algo mohina
Siempre me ha fascinado Balzac; en particular su meticulosidad descriptiva. Es un maestro del retrato psicológico. Tiene una cómica y particular fijación: la soltería. Así comienza parte del prólogo a la primera edición (1840) de su novela Pierrette.
"El estado de soltero es un estado contrario a la sociedad. La Convención tuvo un momento la idea de cargar a los solteros con impuestos dobles que a los casados. Había tenido el más justo de todos los pensamientos fiscales y el más fácil de realizar. ¿Puede concebirse lo que el Tesoro ganaría con una
enmienda concebida de esta manera?.
Las contribuciones directas de toda especie, se duplicarán cuando el contribuyente no esté o no haya estado casado.
Si existen en Francia un millón de solteros, pagando una cuota de un promedio de diez francos, el presupuesto de las recaudaciones aumentaría en diez millones.
Y las mujeres casaderas no se cansarían de reir con esos impuestos duplicados y con los suyos, que aun no lo estarían.
Y los casados estallarían de risa.
Y la escuela genovesa e inglesa, que quiere moralizarnos, estirarían sus labios finos sobre sus dientes amarillos.
Y los recaudadores no podrían menos de reir al escribir sus tarjetas de papel azulado, amarillo, gris, verduzco, rojo, que se saldan siempre con gastos.
Sería una carcajada universal.
La publicación de esta idea, resucitada de los cuadernillos de la Convención, es tanto más valiente cuanto que está promovida por un soltero; pero hay casos en que los intereses sociales deben primar sobre los intereses particulares.
Se parte de un principio. Este principio es el odio profundo contra todo ser improductivo, contra los célibes, las solteronas y los solterones, los zánganos de la colmena.
Así, en la larga y completa pintura de las costumbres, figuras, acciones y movimientos de la sociedad moderna, ha resuelto perseguir al célibe, salvando nobles y generosas excepciones, como el sacerdote, el soldado y algunas raras abnegaciones".
Y el caso es que nuestra Ley General Tributaria en su artículo dos, nos señala que "los tributos, además ser medios para obtener los recursos necesarios para el sostenimiento de los gastos públicos, podrán servir como instrumentos de política económica general y atender a la realización de los principios y fines contenidos en la Constitución".
Así que dada nuestra parca demografía, tal vez a algún iluminado se le ocurra esta jacobina idea; estando seguro además que sería secundada por todo el espectro. Al fin y al cabo hemos hallado un nuevo hecho imponible. ¡Y luego dicen que los clásicos no son actuales!.
El propio A. Smith siente un recelo hacia los empresarios. Defiende el capitalismo, pero no a los capitalistas; éstos únicamente útiles en la medida que compitan ofreciendo bienes y servicios buenos y al mejor precio benificiando así a los consumidores; siendo el consumo el fin último de la producción.
A. Smith cree que los capitalistas tienen una tendencia a "conspirar contre el público" (una tendencia al monopolio).
Hoy estas reflexiones me las ha producido la noticia reciente relativa a que los "reyes del ladrillo" han pedido cita a Zapatero y Rajoy para lavar su imagen (http://www.elmundo.es/mundodinero/2007/07/30/economia/1185778635.html). Y lo primero que se me ocurre (con todo el respeto que tengo por el pluralismo político como valor democrático) es que ¡¡vaya lavandería que han escogido!!. ¿La lavandería política?. ¿La lavandería de la "ley de hierro de la oligarquía" (http://es.wikipedia.org/wiki/Robert_Michels).
Pásense Sres. por otras lavanderías con resultados más blancos: ONG y sociedad civil entregada a los demás. Un ejemplo, que conozco poco pero alentador, para que sepan por donde voy: http://www.aciprensa.com/noticia.php?n=670 .
Aunque si bien se mira, si lo que se trata es sólamente de lavar la imagen y seguir con la misma alma ansiosamente ambiciosa de conseguir y mantener privilegios fingiendo que representan amplios intereses (¡y tan amplios!), estaremos en otra cosa.
La verdad es que están deseando seguir en su afán contra el interés general que comenzaron en los años 60 del pasado siglo provocando una legislación que no favoreciera el arrendamiento como solución habitacional (profesores Gullón Ballesteros y Díez Picazo en Sistema de Derecho Civil III). Buscaban la ganancia rápida de la venta, frente a la lenta del arrendamiento. La política del Estado desde Franco hasta hoy ha sido la de favorecer las pretensiones de ganancia fácil de los constructores. Han convertido un bien inmueble en un bien de consumo. Tanto ha penetrado esta filosofía en España que es impensable desde hace mucho tiempo concebir nuestra vivienda principal fuera del título de nuestra propiedad. Con ello hemos sacrificado muchos recursos que bien podríamos haberlos liberado a otros extremos. Hemos aumentado la demanda en propiedad y a pesar de ello tenemos más problemas de ubicar a jóvenes y otros sectores deprimidos en viviendas. Más que en cualquier país europeo. ¡Laven su imagen, claro que sí! Y de paso plantéense una solución de verdad: en la que ganen dinero, no tanto claro, pero solucionen estos problemas.
Miren su imagen es tan mala que incluso tienen que acudir a lavarse con la de los políticos (que precisamente tan poco la tienen muy buena). ¡Qué abyecta autoimagen deben tener Vds.!. Se han atrevido a no invitar a "El Pocero": ¿Vds. son distintos?.
Defendamos la economía de mercado; pero cuidado con los mercaderes y con sus ansias de crear un mercado a sus deseos y no al del beneficio de todos.