martes, 2 de junio de 2009

Santos de la blogosfera


Hoy hace dos años que inauguré el blog. La verdad que lo he desatendido últimamente por toda una serie de vicisitudes personales. Me animaron a emprender esta aventura varios amigos entrañables, algunos de lo cuales se los ha tragado una especie de agujero negro, otros nos hemos dejado de visitar y por tanto de cultivar esta cortesía tan grata. Alguien me dijo una vez que las relaciones humanas (siquiera virtuales) son como las plantas: necesitan su cultivo, abono y poda, sino se quiere que se marchiten.
Creo que empecé con cierta ampulosidad. Sinceramente he rebajado mucho ese inicial énfasis. Ahora sólo pretendo un cierto desahogo con derecho a un cierto roce con alguna alma o con algún desalmado que es lo que más abunda últimamente (lo digo con ironía y sin maldad).
Soy viejo, católico y sentimental (parafraseando al marqués de Bradomín); tal es así que llevado de mis usos y costumbres me acogí al santo del día de la inauguración, y cual fue mi sorpresa que se me apareció en el calendario el nombre de San Justino; pues es precisamente el uno de junio, el día dedicado por el santoral romano a este ejemplo del martirologio católico. Confieso mi asombro por su vida: apologista, laico y tal vez de los primeros en conectar lo griego con lo judío. Justo, justo, justino, mi primer afán: defender aquello en lo que creo; mi condición de laico por imposibilidad para el sacerdocio, y esa fascinación por el paralelismo existente entre la superación del mitos por el logos de lo griego, que se da casi a la par en la historia con la literatura sapiencial semita que supone asímismo una desmitologización de las potencias divinas a favor del único Dios.
Había un tiempo, ya pasado, en que a los hijos se les ponía el santo del día sólo o combinado con de alguno de los progenitores. Así el infante no sólo tenía como protector invisible al angel de la guarda, sino también al santo de la ocasión. Ya, ya sé, si el santo era San Cucufate (quedaba algo feo); pero hoy se puede decir en catalán San Cugat. Ya ven: una eufónica ventaja del catalán; tendré que ser más tolerante con el país de los botiguers. Lo que no consigo asimilar es esas nuevas modas de nombres horteras tipo Vanesa, Jenifer, Jonatham, Jessi. En mi última visita a un Colegio de Primaria nos reímos mucho la directora y yo, porque de una selección de cincuenta alumnos, apenas 25 tenían nombres tradicionales; todos los demás, por el estilo apuntado.
¿Pero a quién le importan los santos en esta sociedad gamberra?. Y lo digo sin acritud. Muchas veces se critica cierta impostura: predicar con la palabra y no con el ejemplo. Pues bien; los santos (aun admitiendo toda la crítica sobre la realidad de su vida y posible expurgación desde una perspectiva positivista) son una prueba de la cohonestación entre lo que se hace y lo que se dice. Necesitamos (no sólo los pequeños) referentes edificantes. Si no quieren santos, al menos ensalcen a hombres y mujeres ejemplares, y censuren lo zafio que nos sirven todos los días en bandeja los medios de comunicación.
Este país ya no cree en los santos; pero tampoco en los grandes e ilustres hombres y mujeres. Hoy nos interesa más la vida ejemplar de todos los sacamantecas que nos sacan en las televisiones; bien en un reportaje callejero sobre como robar en un supermercado, donde después se coloca lo robado a una pensionista; bien en un programa de tarde confesando la sordidez más mezquina; bien por la noche jugando a decir la verdad sobre lo más pudoroso. ¿A quién le sorprende entonces que en el partido entre el Barcelona y el Manchester la gente le molara ser gamberra y pitara el himno?. ¿Oiga, por qué no?. Y ¿a quién le pilla de nuevas que los estragos sufridos en el mobiliario urbano y comercios en Canaletas por la celebración del Barça asciendan a 100.000 euros?. ¿Oiga, por qué no?.
Vds. me perdonarán pero yo prefiero el consuelo de mis santos; y la admiración a los hombres y mujeres que construyen cada día este mundo con su esfuerzo intelectual y físico.


9 comentarios:

Anónimo dijo...

Hace unas semanas, estando con mis hijos en un parque de Alcobendas, escuché a uno de los padres que allí estaba llamando a su hijo a gritos:

"ATREYU!!"

Lo gritó varias veces para que el resto de padres saliéramos del asombro y nos mirásemos atónitos unos a otros, "sí, he escuchado bien". Atreyu, como uno de los protagonistas de "La Historia Interminable". Desde luego, hay gente pa´to.

Por cierto, hablando de santos, me aficioné a la lectura de biografías de santos con "La Luz Apacible", sobre la vida de Santo Tomás de Aquino, novelada. Son novelas interesantes, que despiertan el interés por saber más sobre la figura de muchos santos. Y Santo Tomás es quizá uno de los que más se puede aprender.

Tu entrada me ha recordado a un par de amigos que conocimos hace dos años, Garib (frilanser) y Scout Finch, de los que no sé nada desde hace muuucho tiempo. En fin, como ves, siempre queda algo.

Un abrazo, amigo Dardo.

Adivagar.

Dardo dijo...

Un cordial saludo, amigo Adivagar. También los tenía en mente a ellos y a otros. En especial te confieso que le cogí una especial bienquerencia a Garib. Pero, bueno, esto es así. Se ve que lo bueno se evapora y en cambio permanecen los sedimentos infumables.

Anónimo dijo...

Estamos todos un poquito más vaguetes, eso es verdad, (al menos yo), pero ¡conste! aunque santa no soy (ni quiero, je), te tengo en mis oraciones, estimado Dardo

(bueno... quien dice oraciones dice pensamientos, rezar no rezo mucho la verdad, eso tenemos los ateos)

Un besito dulce,

Dardo dijo...

Sí, sí, querida Madeleine, me tienes en tus pensamientos tal que así como cuando me confundiste con un friki con abrigo demodé en las inmediaciones del Banco de España, en una de mis visitas a Gallardópolis.

Me recuerdas a ese diputado conservador joven que le preguntó a Churchill en la Cámara de los Comunes, si los que tenía delante (los laboristas)eran los enemigos; y como viejo político le dijo el Premier: no hijo, no; esos de enfrente son los adversarios, los que están detrás nuestra (es decir, los del mismo partido) son los "enemigos".

Así, querídísima Madeleine, ¡¡protéjame el ángel de la guardia de tus pensamientos!!. Un cordial abrazo.

Freia dijo...

Buenas noches querido Dardo.

En esta época de maledicentes y mentecatos, volver a leerle es uno de esos privilegios de los que siempre soy consciente y que nunca le agradeceré lo bastante.

Yo nací el día de San Silverio. Jajajaja. Prefiero el que me pusieron mis progenitores, aunque no reciba la custodia y protección de tan "plateado" santo.

A mi se me gustó lo de "ensalzar a hombre y mujeres ejemplares" y también censuro lo zafio y mucho que pulula por la blogosfera.

Un abrazo

Dardo dijo...

¡Haya Paz, querida Freia Argentífera!; ¡haya Paz en la blogocosa!; ¡que Terpsícore amanse, pacifique, a los peces abisales que pululamos por este obscuro oceáno!. ¡Ja,ja.! ¡Qué alegría encontrarla mi dulce condesa roja!. Ya me tiene con ganas de visitarla en su dacha musical.

Que el día 20 le proteja el papa mártir Silverio.

Un cordialísimo abrazo Argentífera Freia.

Rocío Rico dijo...

Yo no creo en los santos, amigo Dardo. Pero sí me gusta la idea de buscar siempre referentes a nuestro alrededor (y hay muchos) para animarnos a ser mejores personas.
Como decía el anuncio aquel, realmente el ser humano es extraordinario.

Por cierto... ¿ha pasado demasiado tiempo como para llamarte "amigo"?

Un saludo

Dardo dijo...

Claro que no Legolás, claro que no. Para mi es algo entrañable tu amistad. Prometo ser más regular y visitaros a todos. Ya sabes, el trato hace que las plantas de la amistad den hermosas flores.

Dardo dijo...

Por cierto, apreciada Legolás, no sé como poder comentar nada en tus blogs. No puedo pasar la "gran muralla china" que has puesto.

Saludos cordiales.