lunes, 3 de noviembre de 2008

Entre dioses y hombres en el Prado. Y yo entre funcionarios.


Estoy feliz. Mañana aterrizo en Madrid y en mi única tarde libre intentaré visitar en el Prado la colección de escultura griega del Museo Albertino de Dresde. Y aunque es verdad que el aquí traido (el efebo de Dresde) es una réplica romana de la escuela de Policleto; ¡que quieren que les diga!: hasta la misma frialdad del neoclasicismo del danés Bertel Thorwaldsen (s. XIX) me gusta, con más razón una imitación romana más cercana en el tiempo.
Recuerdo con cierta gracia como llamaban mis compañeras a nuestro profesor de Derecho Político I (actual director del CIS), don Fernando Vallespín: "el Doríforo". Que no se me enfade don Fernando (con el que tanto aprendimos con sus clases de tanta inteligencia y sus aconsejadas y brillantes lecturas) por sacar a relucir el alias. Es que las mujeres son muy traviesas. Nosotros en cambio nos conformábamos entonces con un buen bocadillo de tortilla de patata acompañado de un buen café con leche en la cafetería de la Facultad. Pero el término Doríforo es después de todo afortunado. Don Fernando, nos traspasó con su discurso a modo de lanza y nos abrió nuevos horizontes. Me queda un regustillo amargo: No me concedió el sobresaliente.
Luego de dejar a estos hombres y a estos dioses me enfrentaré durante dos días seguidos a un tercer género: los altos funcionarios. ¡¡¡Seguro que éstos no me traspasan con ninguna lanza!!!.

8 comentarios:

Maripuchi dijo...

Que usted lo contemple bien. Besitos

Freia dijo...

Tendrás valor Dardo de venir a Madrid y no haber dicho esta boca es mía... Si al final me tendré que enfadar contigo...

Dardo dijo...

Ya lo he contemplado, Maripuchi; maravilloso. Me encanta el pequeño busto del niño Gayo Hostiliano (emperador posteriormente tras el asesinato de su padre Trajano Decio, en el período de la anarquía militar). Te sobrecoge ver retratada la infancia, el carácter frágil que el artista deja reflejado, y comparar la posterior historia del personaje (muerto de peste bubónica). En el cuerpo masculino me parece muy bello el Diadúmeno, de la propia colección real del Prado. En el cuerpo femenino: el nacimiento de Afrodita contemplada por un Tritón. Y un rostro propio de la misma Venus: el perfil de una Musa. Una colección que vale la pena visitar. Compré -para regalar a los amigos- unos imanes: uno reproducía una máscara de sátiro y otro una bacante.

Querida Freia. No te enfades. Sólo tenía la tarde del martes 4 libre. El resto del tiempo ocupado hasta el jueves 6 (me iba esa misma tarde). Pensé en ti y en Mariano; pero no me atreví a complicaros. Luego te ví en la tienda del Museo (ya sabes, a tu imagen de la Condesita, y eché una sonrisa junto con algo parecido a la frustración por no haberos visto). Te prometo que si voy (es posible que antes de fin de año me convoquen nuevamente) te lo hago saber y te llevo unos vinos de Syrah y Macabeo de la finca de un amigo.

Un abrazo a ambas.

Freia dijo...

Jajajaja Dardo... estás perdonado, pero que conste que ha sido exclusivamente por el soborno.
Un besazo

animalpolítico dijo...

Tú te has acercado a mi tierra, Dardo, y yo a la tuya. Esta semana he dormido dos noches junto al Mediterráneo. En Valencia.

Me alegro de que sigas disfrutando del arte clásico.

Nadie dijo...

Me gusta la sensibilidad que se demuestra al disfrutar del arte en cualquiera de sus formas.

¿Nunca has pensado lo interesante que sería disponer de una máquina del tiempo para viajar a esas épocas? ... Yo sí, quizá demasiado... me abrasa la curiosidad

;-)

Dardo dijo...

Animal. ¿En qué quedamos: que te haces del Barcelona o del Valencia?. Nadie. Lo de la máquina del tiempo si lo piensas, da desasosiego. ¿Quién te dice que no caes en "ese viaje" entre esclavos, por ejemplo?. Saludos a ambos.

animalpolítico dijo...

Dardo: supongo que seguiré sufriendo con el Madrid...

Saludos