En estos días con tragedias cercanas a nosotros y siempre tan incomprensibles, con frecuencia intento refugiarme en Paul Gerhardt. Es un poeta de la consolación y de la esperanza. Desde el siglo XVII hasta hoy -especialmente entre los luteranos- sus himnos y cantos han reconfortado a muchos. El himno del video es ‘Lobet den Herrn alle Heiden’; o sea, el salmo 116 de alabanza al Señor. Es un canto de fidelidad que recobra un especial significado en la adversidad.
Un fragmento de una oración de Gerhardt dice así: Dios, sé misericordioso y ayúdame. Dame fuerzas para soportar lo que me envías. No dejes que el temor me domine. Cuida paternalmente de los míos, de mi esposa y de mis hijos.
13 comentarios:
Llegué a los textos de Paul Gerhardt a través de las cantatas de Bach y te aseguro que no me arrepiento.
Independientemente de las creencias o no-creencias de cada cual, buscar consuelo y encontrarlo en la belleza siempre vale la pena.
Un abrazo muy fuerte Dardo
Ya me imagino, querida Freia, ya me imagino. El ensamblaje de la poesía de Gerhardt y la música de Bach es perfecto. Un abrazo.
Elohim; es que Vd. es incapaz de entender un acto como el de orar dada su perspectiva materialista y atea sobre la cuestión. Mediante la oración el creyente invoca a Dios, simplemente. Esto es incomprensible para el ateo. Lo que llamamos la "relación" del hombre con Dios es interpretada por gentes como Vd. como un reflejo de la conciencia personal (curiosamente esto de la "conciencia" está por demostrar su entidad misma). Por el contrario para el creyente este contacto es debido y necesario (apertura hacia Dios). El fragmento de Gerhardt (que no es el salmo de la canción) habla sobre la oración de un moribundo que se prepara para bien morir (entiéndalo pues en ese contexto).
Yo creo que el mayor consuelo del creyente es saber que está "conectado" permanentemente a alguien. A veces sólo necesitamos saber eso. Yo nunca me siento sóla, ¡debe de ser terrible!. Me imagino que a eso se refería la beata Teresa de Calcuta cuando hablaba del "silencio de Dios", también sufrido por el Padre Pío. Creo que es la más dura prueba a la que puede enfrentarse un hombre, que Dios no esté cuando acudas a él. No quiere decir que ya no crean en él, ni por asomo...Sólo, que sabiendo que está allí, no eres capaz de encontrarle. La mayor tentación de un creyente en ese momento es dudar y dejar de creer, "puesto que no soy capaz de sentirlo", por eso es, para mi, la mayor prueba de fé. No que creas aunque no puedes verlo, sino que creas cuando "sabes a ciencia cierta" que no está.
Dardo, me alegra tu vuelta, y que de nuevo, estés ahí.
Esa conexión es todo un consuelo, amiga C. La inercia natural es dejarse llevar sólo por los ojos y por los oidos. Pero la fe no es un fenómeno. Quedarse en lo visible y audible es considerar que la total realidad se reduce a lo fenomenológico. La fe es otra forma de acceso a la realidad. Apreciada C; cuando alguna vez algun alumno me ha señalado que sólo existe lo que vemos; le respondo que entonces como no ve los microbios y las bacterias entonces no existen; me dice que se pueden ver con el microscopio; le vuelvo a señalar que los antepasados que no conocían este instrumento tendrían que concluir siguiendo su argumentación que no existe lo que hoy hemos demostrado que ya existía. ¿No es verdad?. Bien. Lo que está detrás de esto es una invocación a los naturalistas para que advierten que en el discurso religioso existe una racionalidad .
Elohim; yo no niego la existencia de la conciencia. Ha sido una ironía para con los materialistas. Precisamente yo entiendo la conciencia como resultado de ese salto ontológico de la especie humana (donde dejamos de ser monos y pasamos a ser hombres). La conciencia es todo un conjunto de estados mentales subjetivos. Coincido con Vd en que estos estados mentales subjetivos si bien se puede concluir que se originan mediante procesos biológicos materiales, parece ser de orden no material. "Nadie ha visto nunca emerger la conciencia en circunstancias experimentales, ni ha formulado una teoría a cómo podría lograrse tal cosa" (F.Fukuyama).
Le voy a citar a propósito de autodiálogo lo siguiente de J.Habermas. "Nunca he comprendido que el fenómeno de la autoconciencia sea algo originario. ¿No nos hacermos conscientes de nosotros mismos sólo a partir de la mirada que otro nos lanza?. En la mirada del tú, de una segunda persona, que habla conmigo como una primera persona, me hago consciente de mí mismo no sólo como un sujeto viviente en general, sino al mismo tiempo como un yo individual. La miradas subjetivizadoras del otro tienen una fuerza individualizadora".
No entro otras consideraciones, como ya no estoy en Ingleterra he dejado de ser anglicano, que las que me produce el repugnante espectáculo, según ellos informativo, organizado por los medios de comunicación social, incluidos los supuestamente serios, no en torno a la noticia, que lógicamnete habia que cubrir, sino en torno al morbo. Lamentable
Volaba yo ese mismo día, a esa misma hora, y no con el mismo destino simplemente gracias a una pequeña decisión tomada en un breve segundo poco tiempo antes en una agencia de viajes.
He pensado mucho en ello. Aunque, claro, no es la primera vez.
La vida es sufrimiento.
... y un segundo puede cambiarlo todo.
Apreciada Leg. Me dejas impresionado con lo que me cuentas. En fin; las cosas a veces son más próximas de lo que nos creemos. Esto nos sirve para autenticar lo frágiles que somos. Lo del sufrimiento espero que no sea una perspectiva global tuya. Pero en todo caso del sufrimiento se puede sacar algo bueno: la purificación, que es un estado que nos permite ser más solidarios (compasivos) con los demás, gracias a que experimentamos en nuestras propias carnes la desdicha. ¿No has comprobado que en muchas ocasiones son más generosos y solidarios los pobres que los ricos?. ¿Acaso a veces no detectamos más solidaridad entre los propios menesterosos de sociedades pobres que en nuestras opulentas sociedades ricas?.
Amigo Javier; totalmente de acuerdo en la crítica al nausebundo tratamiento informativo de la cuestión. Pero es que hemos perdido hace ya mucho tiempo la más mínima decencia en lo informativo. Ya no lo digo por el tratamiento de asuntos dramáticos como éste; sino por el gusto que se ha promovido por lo soez y lo ordinario y que tanto está brutalizando al personal.
Elohim. Me deja Vd. sorprendido. Mire, tanto la magia, como la religión y la ciencia son pretensiones de acceso a la realidad. Frazer en su obra "La rama dorada" dice que la magia es la hermana bastarda de la ciencia (tanto magia como ciencia son el resultado del principio de asociación de ideas que se dan en la mente; la primera incorrectamente aplicados, la segunda correctamente aplicados). Para que se me entienda: alquimia versus química. Pero adonde quiero llegar: es la religión (siguiendo a Frazer) hija del escepticismo en la magia. El mago sostiene que puede intervenir en la vida por su conocimiento de las leyes causales dominando (él mismo) el tiempo, la lluvia, etc. puesto que dice conocer estas leyes. La magia es mas antigua que la religión. Hubo magia antes que apareciera el pensamiento religioso en la época axial tal como lo entendemos hoy. Es verdad que aparecen mezcladas en ocasiones (aún hoy), pero esto es más propio de ignorantes que de espíritus más exquisitos. La religión es un salto muy sofisticado: es la convicción abstrusa y profunda de que existen agentes sobrehumanos (poderes superiores al hombre). La falsedad y esterilidad de la magia puso a la parte más inteligente de la humanidad a meditar una mejor teoría de la naturaleza basada en el reconocimiento de nuestra impotencia para manejar a placer las fuerzas naturales. Esta idea no puede salir de una mente mezquina, es más propia de las mentes inteligentes. El corolario de esta teoría (la convicción de existencia de poderes superiores) es la práctica de intentar propiciar o conciliar estos poderes (oración). Pues bien; yo no le voy a negar que el monopolio del saber lo tienen hoy las ciencias experimentales; pero es que esta entrada no se ha situado en el plano cognitivo, sino en otro discurso que conecta con este sentimiento de impotencia y de insignificancia que está en el origen de la gran revolución mundial en el período axial: el pensamiento religioso.
Del sufrimiento se puede sacar algo bueno, sí... aunque creo que esto no por ser cierto deja de ser un simple intento de consuelo.
Y no sirve, porque el sufrimiento, por su propia esencia, nos hace sufrir incluso aunque con ello salvásemos al mundo de todos sus males. Simplemente porque si eso nos hiciera felices, ya no sería sufrimiento... y lo es.
Pero, es cierto, empecemos el nuevo curso con una sonrisa.
Yo puedo hacerlo sólo mirando a mi hijo de dos años y medio y pensando algo que no es menos verdad: la vida es bella.
;-)
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