miércoles, 24 de junio de 2009

Gazpacho a la búlgara


Hoy día de Mercurio, venticuatro de Messidor, festividad de la enula (inula helenium), año cinco del Sr. Presidente Rodríguez Zapatero empezó el solsticio de verano según la nueva moda de denominar a esta época.
¿Se han mareado con esta datación?. Tal vez sea por la propia festividad pagana de la enula (aunée en francés), planta utilizada para la fabricación de la absenta (licor de muy alta graduación).
Probaremos el sistema antiguo: Hoy miércoles, venticuatro de Junio, festividad de San Juan, año de 2009 de la era cristiana comenzó el verano. Así parece que se entiende mejor.
Estoy releyendo una obrita de M.Buchanan y Richard E. Wagner titulada Déficit del sector público y democracia. El legado político de lord Keynes que aunque publicada en Estados Unidos en 1977 y en España en 1983 me está resultando tremendamente actual. Les prometo una reseña más avanzado el solsticio. Ahora les dejo con una receta deliciosa que he publicado en un blog amigo y que seguro que les podrá ayudar a pasar los meses de Messidor, Thermidor y Fructidor (o sea, Junio, Julio y Agosto).

lunes, 8 de junio de 2009

La derecha obrera

Un bloguero amigo se preguntaba días atras sobre la incoherencia de que gentes que por su perfil podríamos clasificar de obreros (entre los que yo mi incluyo), pudieran conectar con un discurso liberal-conservador.
Apreciado Animal como el que no puede publicar (por no sé que problemas técnicos) en tu blog soy yo; ahí va mi comentario debido que he intentado insertarlo infructuosamente días atrás:

"Vamos a ver, amigo Animal, es un cliché de profundo marxismo entender como incomprensible que haya asalariados que secunden a partidos de derecha (el polilogismo de clases entiende que cada clase tiene su propia lógica; así la clase obrera tiene su propia estructura mental distinta a la de la burguesía; ; siendo la de la clase obrera la única válida).
Seguimos con los “polilogismos”: a) el feminista (las mujeres piensan diferente que los hombres); b) el racial (cada raza tiene una diferente estructura mental y c), d) etc. cuantos se quieran considerar desde la perspectiva de que es imposible el discurso racional.. Según esto difícilmente podremos entonces hallar un único logos univeral más allá de las vicisitudes personales, económicas o genéticas. Lo curioso es que son precisamente burgueses e intelectuales los que (se supone que traicionando su propia estructura mental propia de su clase) han abandonado su “natural” adscripción. Pero en este caso no nos causa asombro, sino que lo vemos como justificable porque lo que subyace en el fondo es -lo digo no como un reproche, sino como un error intelectual- una dicotomía maniquea de buenos y malos tan asentada, que no encontramos en el espectro político partidos que se “nominen” de derechas (según esto el espectro va desde la extrema izquierda pasando por la izda. y llegando como estación final al centro).

Ante todo te doy la razón en que el cambio es constante e inevitable (ese río de Heráclito que es el mismo río y sin embargo no es el mismo). Pero reaccionarios los hay de todo signo, por ejemplo los que se oponen a debatir racionalmente sobre la necesidad de acompasar nuestra legislación laboral a la de los demás paises europeos (por ejemplo esa estructura de flexibilidad laboral y a la vez protección de los paises nórdicos -Holanda-) visto el gran fracaso de nuestro mercado laboral, que sólo se soporta por el agrandamiento de un colchón llamado economía sumergida.

Una de las grandes aportaciones de la escuela austríaca de economía es el concepto “soberanía del consumidor”. Dentro del “consumidor” nos encontramos a todos los ciudadanos (pues por el principio de división del trabajo nadie puede proveerse individualmente todas sus necesidades); todos somos consumidores. Este gran dictador inmisericorde es que el que regula: si el empresario no se amolda a los deseos de sus compradores tendrá que cerrar el negocio; si otro vende el mismo producto más barato el consumidor no tendrá piedad e irá allí a comprarlo. Nadie duda de que el empresario (que es a la vez consumidor; que podrá también dejar ser empresario y volverse asalariado si fracasa) persigue acrecentar sus bienes materiales (como también cualquier hijo de vecino: es decir, un obrero), sin embargo deberá tener muy presente al mercado si quiere mantener su posición. No es que sea benevolente (sí es benevolente la derecha alemana bismarkiana paternalista inspirada curiosamente en Lasalle -siempre me ha maravillado esa confluencia entre conservadores y socialistas de esa primera época). Bien, lo que yo quiero decir es que es esta fantástica dinámica -consumidor, mercado- la que ha hecho junto con el ahorro (y su conversión en bienes capitales) que haya prosperado tanto el Occidente capitalista, habiéndose logrado sin duda el mayor bienestar histórico.

Así las cosas, amigo, fuera de concreciones partidistas que a mí particularmente me vuelven muy escéptico, no creo que preguntarse, reflexionar o siquiera tener la intuición de que es lo mejor o puede serlo tiene porque estar condicionado a la clase social a la que uno pertenezca; visto lo errático del devenir partidista (yendo de un lugar a otro, tanto de un signo como otro: ¿habrá que recordar que los liberales del XIX -entonces considerados de izquierda- son hoy considerados diabólicos derechistas?). Todo ello sin perjucio del esperpento que has enlazado referido a la asistencia sanitaria a parados (sin duda).

Quiero por último -a modo ilustrativo y de reflexión- señalarte como grandes pensadores (fundamentalmente intelectuales y universitarios) inicialmente de pensamiento socialista, a través de sus reflexión intelectual han terminado en lo liberal ((Hayek)".

Luego fogarsconnection (que sí ha logrado publicar en el blog de nuestro amigo de la Esparta colectivista -es broma-; pero me estoy empezando a mosquear por el hecho de que parece como si se me hubiera tendido un telón de acero a lo pacto del Tinell y no pueda insertar nada) aporta la teoría de que son los del mismo perfil que los capitalistas los que tienen la culpa del fracaso del socialismo real. ¡¡Pues sí, hombre sí!. Pero con una diferencia: los primeros son creativos, emprendedores, y arriesgan en un contexto dominado por un mecanismo impersonal -el mercado-(luego seguramente serán egoístas; tanto por cierto como los asalariados que también aspiran a tener todo lo posible); y los segundos (los de la nomenclatura) ni son creativos, ni son emprendedores, ni arriesgan su patrimonio; ahora bien se situan en un contexto donde un individuo o consejo de individuos se consideran omniscientes y planifican (intentan ordenar) toda la vasta complejidad de lo social. Por eso los podemos llamar omniscientes, aunque tal omnisciencia se ha dado de bruces contra lo real.


martes, 2 de junio de 2009

Santos de la blogosfera


Hoy hace dos años que inauguré el blog. La verdad que lo he desatendido últimamente por toda una serie de vicisitudes personales. Me animaron a emprender esta aventura varios amigos entrañables, algunos de lo cuales se los ha tragado una especie de agujero negro, otros nos hemos dejado de visitar y por tanto de cultivar esta cortesía tan grata. Alguien me dijo una vez que las relaciones humanas (siquiera virtuales) son como las plantas: necesitan su cultivo, abono y poda, sino se quiere que se marchiten.
Creo que empecé con cierta ampulosidad. Sinceramente he rebajado mucho ese inicial énfasis. Ahora sólo pretendo un cierto desahogo con derecho a un cierto roce con alguna alma o con algún desalmado que es lo que más abunda últimamente (lo digo con ironía y sin maldad).
Soy viejo, católico y sentimental (parafraseando al marqués de Bradomín); tal es así que llevado de mis usos y costumbres me acogí al santo del día de la inauguración, y cual fue mi sorpresa que se me apareció en el calendario el nombre de San Justino; pues es precisamente el uno de junio, el día dedicado por el santoral romano a este ejemplo del martirologio católico. Confieso mi asombro por su vida: apologista, laico y tal vez de los primeros en conectar lo griego con lo judío. Justo, justo, justino, mi primer afán: defender aquello en lo que creo; mi condición de laico por imposibilidad para el sacerdocio, y esa fascinación por el paralelismo existente entre la superación del mitos por el logos de lo griego, que se da casi a la par en la historia con la literatura sapiencial semita que supone asímismo una desmitologización de las potencias divinas a favor del único Dios.
Había un tiempo, ya pasado, en que a los hijos se les ponía el santo del día sólo o combinado con de alguno de los progenitores. Así el infante no sólo tenía como protector invisible al angel de la guarda, sino también al santo de la ocasión. Ya, ya sé, si el santo era San Cucufate (quedaba algo feo); pero hoy se puede decir en catalán San Cugat. Ya ven: una eufónica ventaja del catalán; tendré que ser más tolerante con el país de los botiguers. Lo que no consigo asimilar es esas nuevas modas de nombres horteras tipo Vanesa, Jenifer, Jonatham, Jessi. En mi última visita a un Colegio de Primaria nos reímos mucho la directora y yo, porque de una selección de cincuenta alumnos, apenas 25 tenían nombres tradicionales; todos los demás, por el estilo apuntado.
¿Pero a quién le importan los santos en esta sociedad gamberra?. Y lo digo sin acritud. Muchas veces se critica cierta impostura: predicar con la palabra y no con el ejemplo. Pues bien; los santos (aun admitiendo toda la crítica sobre la realidad de su vida y posible expurgación desde una perspectiva positivista) son una prueba de la cohonestación entre lo que se hace y lo que se dice. Necesitamos (no sólo los pequeños) referentes edificantes. Si no quieren santos, al menos ensalcen a hombres y mujeres ejemplares, y censuren lo zafio que nos sirven todos los días en bandeja los medios de comunicación.
Este país ya no cree en los santos; pero tampoco en los grandes e ilustres hombres y mujeres. Hoy nos interesa más la vida ejemplar de todos los sacamantecas que nos sacan en las televisiones; bien en un reportaje callejero sobre como robar en un supermercado, donde después se coloca lo robado a una pensionista; bien en un programa de tarde confesando la sordidez más mezquina; bien por la noche jugando a decir la verdad sobre lo más pudoroso. ¿A quién le sorprende entonces que en el partido entre el Barcelona y el Manchester la gente le molara ser gamberra y pitara el himno?. ¿Oiga, por qué no?. Y ¿a quién le pilla de nuevas que los estragos sufridos en el mobiliario urbano y comercios en Canaletas por la celebración del Barça asciendan a 100.000 euros?. ¿Oiga, por qué no?.
Vds. me perdonarán pero yo prefiero el consuelo de mis santos; y la admiración a los hombres y mujeres que construyen cada día este mundo con su esfuerzo intelectual y físico.